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El Papa Francisco, de 88 años, ha sido hospitalizado desde el 14 de febrero de 2025 debido a una neumonía bilateral. Aunque su estado ha mostrado una “ligera mejoría”, según informes del Vaticano, su salud sigue siendo delicada. Esta situación ha reavivado las discusiones sobre su posible renuncia, especialmente considerando que Francisco firmó una carta de dimisión en 2013 para ser utilizada en caso de impedimentos graves de salud.
Durante su pontificado, Francisco ha nombrado a aproximadamente el 80 % de los 138 cardenales electores, inclinando claramente el Colegio Cardenalicio hacia una orientación progresista. Este movimiento estratégico busca asegurar que su sucesor continúe con las reformas y la visión pastoral que ha promovido. El 8 de diciembre de 2024, recibió a 21 nuevos cardenales, incluyendo cinco latinoamericanos –entre ellos el peruano Carlos Castillo– reforzando el perfil diverso y global. Los dos criterios a los que se oponen los miembros de la línea dura del conservadurismo católico.
La composición actual del Colegio Cardenalicio refleja la intención de Francisco de consolidar su legado reformista. Sin embargo, la Iglesia Católica enfrenta divisiones internas entre sectores conservadores y progresistas, lo que añade incertidumbre sobre la dirección futura en caso de un cónclave.
A pesar de la mayoría de cardenales nombrados por Francisco, las dinámicas internas y las diversas corrientes teológicas podrían influir en la elección del próximo Papa.
En resumen, mientras la salud del Papa Francisco suscita debates sobre una posible renuncia, su influencia en la configuración del Colegio Cardenalicio busca garantizar la continuidad de su visión pastoral. No obstante, las tensiones internas en la Iglesia podrían desempeñar un papel crucial en la elección de su sucesor y en el futuro de las reformas iniciadas durante su pontificado.
