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Las últimas
La presidenta Dina Boluarte estuvo en las nubes mientras el fiscal Carlos Ordaya López, con la colaboración de una testigo protegida y peritos informáticos, extraía todo su archivo personal, almacenado en la nube digital ICloud de Apple. La testigo clave tenía las claves de dos cuentas suyas, de una de las nubes más seguras de almacenamiento digital: sus Apple-ID. Las puertas de acceso para obtener todo lo que almacenaba la presidenta de la República en cuatro teléfonos IPhone de última generación, los que usó desde que se hizo ministra de Desarrollo e Inclusión Social en julio de 2021. Veintisiete meses después, en octubre de 2024, se produjo la extracción sin que ni Boluarte ni sus abogados supieran o siquiera sospecharan que alguien de la máxima confianza de ella, la mujer que había creado las cuentas en la nube de Apple se iba a presentar a un fiscal del Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder (Eficcop) para ofrecerse como testigo protegida con las claves que conducían a los secretos de la investigada Dina Ercilia Boluarte Zegarra. La razón por la que se hizo colaboradora es pedestre. Fue amiga de extrema confianza de Dina desde que trabajaron juntas en la oficina del Reniec en Surco, la acompañó en el Midis y en la presidencia cuidándole las espaldas, guardándole todos sus secretos hasta que un buen día fue expectorada de Palacio acusada de ser la informante de Alberto Otárola, el hasta hace poco presidente del Consejo de Ministros. Ella, Patricia Muriano, resistió el despido, regresó a su casa y, cuando volvió a encontrar trabajo en una oficina del Estado, desde el despacho presidencial se ordenó que fuera expectorada en el término de la distancia. Decidió irse a Estados Unidos con su hijo y viajó en octubre de 2024 a explorar esa posibilidad. Regresó decidida y se marchó sin retorno en noviembre del mismo año. Antes, pasó por la oficina del Eficcop y dejó la bomba. Las leyes de la física dicen que toda acción produce una reacción. Los usos y costumbres de la política, también.


EVIDENCIA DIGITALES
Parte de la información que se ha podido extraer de las dos cuentas ICloud de Apple puede tener consecuencias penales para Boluarte. Otra porción de ese archivo digital muestra la intimidad de una madre divorciada que, por azares del destino, llegó a ser Jefa del Estado. Este contenido puede alimentar la especulación, el chisme y el morbo sobre una mujer sesentona que decidió someterse a cinco cirugías estéticas e intercambiar mensajes explícitos con dos hombres que, por lo que se lee en los mensajes o ve en las fotografías que intercambiaron, pueden calzar en la categoría pareja o saliente. Uno de ellos aparecía en su agenda simplemente como JOS. Fotografías personales e íntimas, mensajes importantes, confidenciales y secretos en chats de diversos aplicativos (últimamente usa más Signal y Telegram para asuntos más delicados), correos electrónicos y archivos digitales de todo tipo, desde sus disposiciones fiscales o judiciales de las investigaciones que se le sigue, hasta PPT que le mandan sus 19 ministros. Son archivos que almacenó durante dos años y tres meses cuando se convirtió en primera vicepresidenta de la República de la mano de Pedro Castillo Terrones, en el Partido Perú Libre del prófugo Vladimir Cerrón.
EL CORREO DELATOR
Hay un correo electrónico que envió el médico Mario Cabani Ravello a Patricia Muriano Peralta, la secretaria personal de la presidenta, a las 16:11 del día jueves 3 de agosto de 2023 pidiéndole expresamente puestos de trabajo para sus recomendados. La investigación primigenia de la Fiscalía de la Nación contra Boluarte, en el caso cirugías era por supuesto abandono del despacho presidencial. Con estas nuevas evidencias se ha ampliado a los supuestos delitos de cohecho y colusión porque hay certeza suficiente para sostener que Dina Boluarte no pagó por las cinco operaciones en la clínica estética del doctor Cabani. El pago habría sido a través de puestos de trabajo en el aparato público. Hay por lo menos dos nombramientos pedidos por Cabani y ejecutados por Boluarte. La designación de la cirujano plástico María Elena Aguilar del Águila presidenta ejecutiva de EsSalud y del bombero y marketero, Jorge Gómez Reátegui, a quien Cabani llama en su correo como “el diez maestrías”, nombrado presidente del directorio de Sedapal. La doctora Aguilar del Águila formaba parte del staff de cirujanos plásticos de la clínica Cabani y, según la testigo clave, participó en las operaciones de Boluarte en junio del 2023. Por su parte Gómez Reátegui, es amigo y fue paciente de Cabani. Coincidentemente, ambos fueron separados de sus puestos una vez que se develó el secreto de sus designaciones.
En una audiencia reservada ante el juez supremo Juan Carlos Checkley Soria, tanto la defensa técnica de Boluarte como ella, que participó personalmente en la audiencia virtual, solicitaron no hacer público su expediente clínico, incumpliendo lo que dijo en el mismo mensaje a la Nación donde negó que sus operaciones quirúrgicas hayan sido de naturaleza estética.
LAS JOYAS DEL CHAT DE WHATSAPP
Otros dos hallazgos en chats de WhatsApp de Boluarte que han llamado la atención del Ministerio Público son dos fotografías recibidas por ella. La foto de un certificado de autenticidad de los diamantes (Certificado Gemológico N°DDE-3440) que, según la testigo protegida, le mandó por WhatsApp un gobernador (que no es su wayki Wilfredo Oscorima), el mismo que le habría obsequiado un par de aretes de oro blanco con esos diamantes incrustados, entre otros regalos que le costaron “plata como cancha”.
La otra fotografía es de un correo electrónico enviado por una corredora de bienes raíces de Ohio, en Estados Unidos, informando, aparentemente, del pago de impuestos del año 2023, de una propiedad inmobiliaria en Cincinnati avaluada en 480 mil dólares. Por lo menos dos periodistas han jalado este extraño hilo, hallado en uno de los celulares de Boluarte, sin encontrar por ahora relación probada con la presidenta o su familia. Sin embargo, sí se conoce que el fiscal Ordaya ha abierto carpetas reservadas con la intención de jalar estos hilos de la madeja digital de Boluarte, teniendo como gargantas profundas no solo a Patricia Muriano Peralta y Delfina Llaguno Bojórquez, la secretaria de Alberto Otárola mientras estuvo en la PCM. Todavía es un secreto si Ordaya ha encontrado o no indicios razonables para decir que esos secretos digitales de la Jefa del Estado son el hilo de la madeja para hablar de un escándalo mayor de corrupción. La bomba ha sido dejada, solo falta saber que potencia tiene y si la detonación alcanzará para vacar a Boluarte. Si no fuera así, después del 28 de julio de 2026, la presidenta tendrá mucho que responder a la justicia.