LA carrera tecnológica del siglo XXI ya no se define únicamente por el diseño de chips o los avances en los centros de datos. El verdadero poder detrás de la inteligencia artificial, la computación cuántica y los sistemas de defensa avanzada está en un puñado de metales críticos y tierras raras. Hafnio, niobio, litio o neodimio son hoy tan estratégicos como lo fue el petróleo en los años setenta. Y, como entonces, la geopolítica está sustituyendo silenciosamente a la economía en la definición de las cadenas industriales. En este nuevo mapa, tres compañías se han convertido en piezas esenciales para la autonomía industrial de Occidente: MP Materials, Energy Fuels y Albemarle Corporation.
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