A las 3:30 de la madrugada del 16 de marzo, un ataque brutal contra el bus de la orquesta Armonía 10, en plena avenida Trapiche de Comas, dejó un muerto: Paul Flores, uno de sus cantantes más queridos. Lo que parecía un caso aislado pronto se reveló como un nuevo capítulo en la guerra por el control del negocio de la extorsión en Lima Norte. Detrás de la emboscada, los mensajes enviados al manager de la agrupación no dejaban dudas: “El papá de los papás” exigía 70 mil soles o vendrían más muertos. Firmaba: El Monstruo.
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