La mixología ha tomado Lima. Locales como María Mezcal, Lady B y El Infusionista paran abarrotados y se suman a estandartes como Bar Olé y el Bar Inglés del Country.
A estas opciones se sumó, hace menos de un año, Booze Bar, en la tercera cuadra de Bellavista en Miraflores.
La aventura nació del amor por las buenas bebidas de tres apasionados: el bartender Gerson Arteaga y los empresarios y hermanos Juan Huisa y Luis Huisa.
Juan, uno de los más importantes coleccionistas de whisky de lujo de nuestro país, era cliente asiduo del bar que, por entonces, dirigía Gerson. Iba casi a diario, y siempre era sorprendido por sus creaciones. Se volvieron amigos y, a los pocos meses, socios.
Encontraron el lugar ideal para su emprendimiento en una antigua cafetería, espaciosa y antigua, a la que tuvieron que transformar casi en su totalidad. La imponente barra (diseñada, centímetro a centímetro, por Arteaga), tiene como telón de fondo una estantería con algunas de las mejores botellas de la colección de Huisa (whiskies top de Japón, la más completa selección de Jack Daniel’s en Perú), una luz tenue que invita a la camaradería, música envolvente y, sobre todo, estupenda coctelería producto de los más de 10 años de Arteaga detrás de una barra.
El nombre se inspira en el programa Booze Traveler del actor y conductor Jack Maxwell. El programa que hizo en el Perú hace 10 años, donde habló de pisco y la calidad de nuestra gastronomía, inspiró a Arteaga.
Se trata de coctelería de autor, con buenos insumos y procesos artesanales. Ya fue nominado por Tales of The Cocktail (el galardón más prestigioso de la coctelería mundial) en la categoría “New International Cocktail Bar in Latin American & Caribbean” y ha acogido a grandes bartenders de España, Argentina, México, Estados Unidos y otros países. “Nuestros clientes nos ven como un bar cercano, al que van para relajarse después de un recargado día de trabajo”, dice Arteaga, quien ha decidido celebrar a América Latina. Así nació LATAM, carta en la que recorren seis países de la región. “Perú” tiene pisco, maíz morado y ginger ale en reconstrucción heterodoxa del chilcano. “Argentina” es un emblemático fernet con una bebida de cola. La diferencia es que la gaseosa está hecha en casa. “Venezuela” lleva ron y anís, y es una revisión, mejorada, del clásico Guarapita. “Brasil” contiene en su sabrosa mezcla cachaza, macadamia y agua de coco. Una caipiriña mejorada, siempre. “Colombia” tiene ron, lulo (la fruta icónica de Colombia, naranjilla en Perú) y Licor 43, porque ese país sabe a café. “México” contiene tequila, miel de agave y, como decoración, un choclito ahumado.
Los ya clásicos del bar siguen ahí: el Got Milk (ron, vermú blanco y moras), Cheese Tart (vodka, jerez y vainilla), Puro Comer (whisky single malt Glenlivet Founder Reserve, Cocchi Rosso, Butterscotch y almendra) y varios más.
Para los más sofisticados hay una sección con experiencias de whiskies top, como The Macallan (degustación de whiskies de esta prestigiosa destilería escocesa), Suntory Time (selección de whiskies japoneses premium), Jack Daniel’s y Black Whisky (destilado peruano considerado uno de los mejores del planeta en su categoría).
Además de la ampliación del local en Miraflores, durante el verano, y en alianza con Enrique Tomás montarán una barra en el Boulevard de Asia. Los cócteles también serán vendidos para ensamblar en casa.