El 30 de abril de 2024 marcó un quiebre definitivo en la vida de Vero Calderón. Ese día, su hermano Fernando –con quien mantenía una relación entrañable y profundamente significativa– falleció de manera repentina mientras estudiaba una maestría en Barcelona. Un año después, Vero decide transformar esa fecha en un gesto de memoria activa: publica 30 de abril (Planeta 2025), un libro-diario que condensa su proceso de duelo, introspección y creación.
“Ese 30 de abril no va a dejar de ser triste ni va a dejar de recordarme lo que pasó”, dice Vero en conversación con Ellos & Ellas. “Pero el lanzamiento del libro busca equiparar la balanza, como el ying y el yang. Que en ese mismo día puedan coexistir el dolor y la luz”.
30 de abril no es un libro de autoayuda, aunque puede ayudar. Tampoco es una crónica estrictamente literaria. Es un artefacto emocional, estético y reflexivo que combina textos breves, ilustraciones, citas de pensadores y una voz narrativa lúcida que se rehúsa a caer en la melancolía o el sentimentalismo. “Mi deseo no era convertir esta experiencia en algo solemne o lacrimógeno. Era explorar el dolor con claridad, con presencia”, afirma. “Y, sobre todo, compartirlo para que quien lea sepa que no está solo”.
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