Peloteros impunes: otros casos de violencia de género en el fútbol

A pesar de múltiples denuncias por violencia de género, varios futbolistas, como Andy Polo y Jean Deza, continúan sus carreras sin enfrentar consecuencias significativas, exponiendo una preocupante falta de sanciones en el mundo deportivo.

por marcerosalescordova@gmail.com
Cueva nota peloteros.

En el mundo del fútbol nacional, los escándalos de violencia de género han sacudido repetidamente la imagen de varios jugadores, quienes, a pesar de las denuncias, han continuado en sus carreras con consecuencias mínimas o nulas. Algunas quedan como escándalos mediáticos que, una vez alcanza su tope, pierde relevancia, quizá por la normalización de estas situaciones. El reciente caso de Christian Cueva, denunciado por su aún esposa Pamela López por violencia física y psicológica, se suma a una alarmante lista de futbolistas peruanos acusados de agresión hacia sus parejas. A pesar de la gravedad de las acusaciones, la falta de repercusiones verdaderamente ejemplares perpetúa un ciclo de impunidad.

La denuncia contra Cueva no es un incidente aislado. El caso de Andy Polo, exjugador de la MLS y actualmente en Universitario de Deportes, es quizás uno de los más notorios. Polo fue sentenciado en Estados Unidos por agresión a su expareja, Génesis Alarcón. Sin embargo, Polo volvió a las canchas peruanas casi como si nada hubiera sucedido, un patrón que parece repetirse con demasiada frecuencia en el deporte rey.

Otro nombre que resuena es el de Jean Deza, un futbolista más conocido por sus múltiples escándalos fuera de las canchas que por sus actuaciones deportivas. Deza ha sido denunciado en reiteradas ocasiones por agresión física y psicológica por varias exparejas, incluyendo la modelo Shirley Arica y la influencer Jossmery Toledo. Su comportamiento ha sido públicamente cuestionado, pero la sanción real sobre su carrera ha sido efímera y superficial.

Martín Távara, volante de Sporting Cristal, también se encuentra en la lista de futbolistas denunciados por violencia de género. Acusado de agredir a su expareja, la bailarina Angye Zapata, Távara fue separado brevemente del club. Sin embargo, el peso de las acusaciones no ha logrado poner fin a su carrera, lo que refleja una desconexión entre la gravedad de los hechos y las acciones tomadas por los clubes y las autoridades del fútbol.

Jhamir D’Arrigo, mediocampista de Alianza Lima, es otro ejemplo de cómo la violencia de género pasa desapercibida en la comunidad futbolística. Acusado por su expareja de abusos físicos y psicológicos, D’Arrigo ha seguido su carrera sin una verdadera sanción que le impida continuar en las canchas.

Ángelo Campos, portero de Alianza Lima, es otro nombre que se suma a esta preocupante lista de futbolistas involucrados en denuncias de violencia de género. En su caso, fue acusado en 2022 por su expareja de agresión física y psicológica, lo que lo llevó a pasar dos días detenido. Aunque la denuncia afectó su imagen pública, Campos no enfrentó una suspensión prolongada y rápidamente volvió a las canchas, siendo sancionado únicamente a nivel futbolístico.

Estos casos reflejan un patrón sistemático en el fútbol peruano: la tolerancia a la violencia de género, donde las denuncias contra los futbolistas no parecen tener el mismo peso que sus goles o jugadas en la cancha. A pesar de la creciente conciencia pública sobre la gravedad de estos crímenes, los futbolistas continúan con sus carreras prácticamente intactas, respaldados por un sistema que prioriza el éxito deportivo sobre la responsabilidad de sus actos. ¿Cueva también quedará libre?

También te puede interesar

 Av. Guardia Civil 1321, Oficina 1802, Surquillo, Lima – Perú

Copyright ©caretas.pe | Por Revista Caretas

Todos los derechos reservados

Ilustración Peruana

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Aceptar Leer más

Política de privacidad y cookies