Carlos Bruce se perfila como uno de los candidatos más competitivos para la alcaldía de Lima en 2026. El actual alcalde de Surco lidera las primeras encuestas con un 14% de intención de voto, según CPI. Su gestión municipal —que ha priorizado eficiencia, obras visibles y programas sociales— se ha convertido en carta de presentación para escalar al gobierno metropolitano. “Perfilar un municipio distinto”, resume, señalando la reducción del gasto corriente para invertir en infraestructura, seguridad y servicios comunitarios.
Entre sus propuestas para Lima, Bruce plantea la construcción de viaductos y rutas exprés que permitan atravesar la ciudad de este a oeste y de norte a sur. A ello se suma el fortalecimiento del transporte público con trenes de cercanías, corredores segregados y un rediseño institucional que otorgue al ATU un rol ejecutor. Sobre el tema más urgente, la inseguridad, propone una transformación del sistema de videovigilancia con enfoque disuasivo, más efectivos en las calles, y equipamiento moderno como pistolas eléctricas tipo taser para los serenos.
En este contexto, Bruce no esquiva una pregunta clave en el mes del Orgullo: ¿cómo impactó en su carrera haber salido del clóset? “Me preocupaba en su momento. Pero hoy puedo decir que el efecto en las encuestas ha sido mínimo, de 2% a 4% que no votaría debido a eso. Mucha gente discrepa, pero reconoce una gestión eficiente. Y eso es lo que importa”. En contraste con el ascenso del discurso conservador y evangélico en la política peruana, Bruce considera que hay un electorado de centro “tolerante, pero no necesariamente progresista”, que valora más la experiencia que las banderas ideológicas. “No creo que el Perú sea mayoritariamente autoritario. Pero sí exige resultados. Y ahí estoy preparado”.