El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) ejecutó un nuevo operativo en el penal de Challapalca, ubicado en la región de Tacna, con el objetivo de neutralizar actividades ilícitas y redes de extorsión que operan desde el interior de las cárceles. Durante la intervención se incautaron diversos equipos tecnológicos ocultos en una celda del pabellón 1, segundo piso, lado “A”, que habrían sido utilizados para coordinar actos delictivos.
¿Qué se encontró durante el operativo en Challapalca?
El operativo se desarrolló el sábado 8 de noviembre, en coordinación con personal del área de mantenimiento y bajo la supervisión de representantes del Ministerio Público y la Policía Nacional del Perú (PNP).
En el interior de la celda 11, los agentes penitenciarios hallaron un envoltorio plástico oculto dentro del muro del inodoro, lo que levantó sospechas sobre la existencia de una red interna de comunicaciones ilegales. Al perforar la pared, se descubrieron equipos electrónicos de alta gama, usados presuntamente para facilitar extorsiones y fraudes digitales desde el penal.
Según el reporte del INPE, entre los objetos incautados se encuentran dos placas reuter, dispositivos repetidores de Wifi, cables Ethernet y RJ45, transformadores, cargadores, dos teléfonos celulares, audífonos y fundas de protección. Todo el material fue trasladado al destacamento policial de Challapalca para las diligencias correspondientes.
¿Qué medidas adoptó el INPE tras la intervención?
Tras el hallazgo, el presidente del INPE, Iván Paredes Yataco, dispuso el traslado inmediato de los internos implicados al penal de Cochamarca, en la región Pasco, como parte de una medida disciplinaria y de control.
Paredes aseguró que el operativo forma parte de una estrategia más amplia de “bloqueo tecnológico carcelario” que busca desarticular las mafias de extorsión que operan desde los penales de máxima seguridad. “Esta intervención demuestra nuestro compromiso firme con la seguridad y el orden interno. Ninguna cárcel del país será refugio de la delincuencia”, enfatizó.
El funcionario señaló además que los trabajos de inteligencia penitenciaria han permitido identificar celdas donde se ocultaban equipos de transmisión digital y repetidores de señal Wifi que se conectaban de forma irregular con redes externas.
Challapalca: un penal en permanente observación
El penal de Challapalca, situado a más de 4.600 metros sobre el nivel del mar, es considerado uno de los más aislados y de alta seguridad del país. Sin embargo, en los últimos años ha estado en el centro de diversas denuncias por extorsiones telefónicas y corrupción interna.
Las autoridades han señalado que su ubicación remota no ha sido suficiente para frenar los intentos de comunicación clandestina de reclusos vinculados al crimen organizado y al narcotráfico.
Por esta razón, el INPE viene reforzando sus estrategias de bloqueo de señal, control electrónico y requisas inopinadas, especialmente en penales donde se ha detectado el uso de tecnología avanzada para burlar las medidas de seguridad.
¿Qué delitos se investigan?
La Fiscalía Penal de Turno de Tarata asumió las diligencias preliminares por presuntos delitos de extorsión y crimen organizado, vinculados a llamadas y mensajes realizados desde el penal. Las autoridades no descartan la participación de redes criminales que operan desde varios centros penitenciarios del sur del país.
De confirmarse la conexión entre los equipos hallados y las denuncias de víctimas de extorsión, se podrían ampliar las investigaciones hacia funcionarios penitenciarios o terceros que habrían colaborado con el ingreso del material prohibido.
Operativos en penales: una estrategia nacional
Este operativo en Challapalca se suma a las recientes acciones ejecutadas por el INPE en los penales de Lurigancho, Castro Castro y Picsi (Chiclayo), donde también se detectaron equipos tecnológicos, chips y terminales usados para extorsionar empresarios y comerciantes.
El Ministerio de Justicia informó que estas acciones forman parte del Plan Nacional de Seguridad Penitenciaria 2025, que busca reducir los delitos cibernéticos originados en las cárceles y fortalecer el control tecnológico en los pabellones de alta peligrosidad.