Una somera mirada al desarrollo de las manifestaciones artísticas y culturales en Perú en los últimos años, viene arrojando una evidencia que pone a la textilería en camino a la consolidación, porque si hablamos de textilería, no solo nos referimos a su factor utilitario, sino también a su alto valor cultural.
En este sentido, tras el éxito de la primera edición de Galería: Salón de Creadores en el Museo Amano, el cual contó con un desfile performático, en donde se presentaron las reconocidas marcas Ana G, Balkanica, Fringe, Gaya Joyas y Susan Wagner, habría que prestar atención a la actualidad de la textilería peruana.
Entonces, la pregunta cae de madura: ¿por qué es importante la textilería y la moda hoy?, pregunta sencilla pero que a la vez genera varios ecos. En este sentido, la reputada diseñadora Susan Wagner sostiene que “el tema de la moda está vinculado a la cultura y este evento, hay que precisarlo, será en un museo. Cuando a un museo le juntas distintos proyectos, le inyectas una especie de vida, de espíritu solidario y armónico. Es poner en valor la idea de la creación. Además, tuvimos cinco diseñadores que tienen proyectos marcados por la sostenibilidad y la experimentación. El Museo Amano es el museo precolombino más importante de América. Por eso es importante que esta primera edición con GALERÍA se haya hecho en un espacio emblemático como este. No olvidemos que tenemos 5000 años de tradición textil que está en nuestra memoria colectiva”.
Wagner hace énfasis en la sostenibilidad y de acuerdo a este postulado, presentó su colección CEIBO, hecha de la seda vegetal del árbol del mismo nombre. “Es la primera colección que se hace en América, el ceibo pertenece al bosque seco en Perú. Luego de un largo proceso de experimentación con la organización Ceiba, logramos extraer las propiedades que nos permiten sacar adelante nuestra propuesta textil. Me concentro en las fibras y en las super fibras peruanas. Perú puede convertirse en una potencia de fibras y super fibras vegetales para el mundo”.
Por lo dicho por Wagner, estaríamos ante una reconfiguración del devenir de la moda, y siendo Perú un país que se destaca por su calidad textil, la sostenibilidad se yergue como una aliada natural. Wagner precisa que “ahora hay una preocupación por cambiar los paradigmas de la moda. El plástico nos está ahogando. Con el Museo Amano abrimos un portal al pasado, presente y futuro. Es impresionante nuestra tradición, hace cientos de años, por ejemplo, en Caral se trabajaba con la cabuya y el junco. Nuestros antiguos peruanos han visto todo y lo que debemos hacer es proyectarnos hacia el futuro para regresar a la naturaleza como tal, a sus tradiciones y arraigos, esto nos permite tejer lazos en la cadena de producción, que provienen de regiones lejanas de Lima”.
Cuando se habla/escucha de moda, no pocas impresiones salen de ahí, pero muy pocas veces se la toma en serio, al menos así ha sido durante muchos años hasta que comenzó a reforzarse el interés por la riqueza de la tradición textil peruana.
Wagner la tiene clara:
“La moda aún tiene mala prensa, como si fuera superficial, prescindible. Pero hoy Perú atraviesa por una reconstrucción de sus identidades y muchas de ellas pasan por la moda: su historia, sus colores, su iconografía. Además, hoy se estudia la moda desde el ámbito multidisciplinario. Así como hemos visto el milagro de la gastronomía, que nos unió, la textilería puede unir a los peruanos. Tenemos la vicuña, la alpaca, el algodón y ahora las fibras. Contamos con los elementos para cambiar el paradigma del consumo y la producción. Con la textilería podemos generar una cadena de desarrollo, muchos de los artesanos y tejedores que producen para las marcas están fuera de la capital. Así la moda hecha en el Perú tiene la capacidad de ser la columna vertebral del trabajo transversal entre Lima y el resto del país. Perú puede ser un ejemplo para el mundo gracias a su textilería”.
(GRO)
