El arquitecto Santiago Agurto comenzó a estudiar la puesta del sol desde su departamento en Punta Hermosa y decidió hacer algo con luz. Usando piedra pizarra y ónix, una piedra semipreciosa del Perú, ha diseñado una serie de lámparas donde cada una aporta a los sentidos. Con estos objetos utilitarios Agurto busca conmovernos, “ya sea por la luz, la forma, el misterio” y sobre todo “la sorpresa”.
Estos objetos son parte de su nueva muestra “Luz y Formas” donde, a las lámparas, se suman esculturas en acrílico, cristal pintado en mármol de Carrara y fierro pintado, en las que, claramente, destaca la influencia que tuvo en su niñez cuando acompañaba a su padre, especialista en arquitectura prehispánica peruana, por todo el Perú. “Eran aventuras hermosas”, nos dice. Fue de esa manera que absorbió las formas de las antiguas culturas: “Sin yo saberlo, esas formas precolombinas quedaron inmersas en mí y son parte de mi identidad como arquitecto”. Inicialmente, su propuesta fue que estas esculturas sean instaladas en espacios olvidados de la ciudad, pero la burocracia es compleja. Por eso, como jugando, y aprovechando el tiempo que tiene “porque vivo frente al mar y no lo pierdo en el tráfico de Lima”, hizo escalamientos con cruces, círculos, trapecios e intersecciones, “elementos que he visto no solo en huacos y telares sino en la arquitectura misma”.
La muestra Luz y Formas está en la tienda Dédalo (Av. Sáenz Peña 295, Barranco)