A un año de completar su mandato, el gobierno de Dina Boluarte mantiene un solo objetivo en mente: sobrevivir hasta julio de 2026. Ese afán de conservación define buena parte de las movidas tras bambalinas para la elección de la nueva Mesa Directiva del Congreso. Como en cada julio, se abre el telón de una lucha por cuotas de poder, comisiones clave y protección política. Pero esta vez, la trama es particularmente espinosa.
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