En el panorama logístico peruano, uno de los desafíos más persistentes y preocupantes es la inseguridad en las rutas de transporte de carga. A pesar del crecimiento del sector y de los esfuerzos por modernizar los procesos, la delincuencia continúa afectando a empresas de todos los tamaños, generando pérdidas económicas, operativas y reputacionales. En este contexto, contar con un sistema de seguridad robusto e inteligente no solo es una necesidad, sino un diferenciador clave para las empresas logísticas que desean garantizar la tranquilidad de sus clientes.
Según cifras del gremio de transporte terrestre, los robos a camiones de carga en rutas nacionales han aumentado en los últimos años, especialmente en corredores estratégicos como la Carretera Central, Panamericana Norte y Panamericana Sur. Estos actos delictivos, que van desde el asalto armado hasta el desvío de unidades, afectan gravemente la cadena de suministro, provocando retrasos, pérdidas millonarias y conflictos con clientes finales.
Además, muchas veces las empresas transportistas no cuentan con seguros adecuados ni sistemas de trazabilidad en tiempo real, lo que agrava las consecuencias y deja a los clientes desprotegidos. Esto genera una percepción de riesgo que limita la confianza y la inversión en servicios logísticos, especialmente en sectores como retail, tecnología, farmacéutica o agroexportación.
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