En el 663 de la avenida comandante Espinar está Chicho, un restaurante que ha sido una grata sorpresa descubrir. Estoy seguro que va a gustar a quienes buscan cocina peruana con alma y memoria. El restaurante es la casa del chef Augusto Baldoceda, un espacio donde la tradición familiar se come con cuchara y cada plato cuenta una historia.
Con una sólida trayectoria en los fogones y una sensibilidad especial para reinterpretar sabores de infancia, Baldoceda ha sabido ganarse un lugar en la escena gastronómica local a base de honestidad, técnica y mucho corazón. Su propuesta no solo rescata lo esencial de la cocina criolla, sino que la presenta con un lenguaje contemporáneo, sin perder el vínculo con sus raíces.
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