UN PAÍS BAJO AMENAZA
La extorsión se ha convertido en una de las principales amenazas a la seguridad en el Perú. Solo en los últimos tres años, las denuncias han aumentado 379 %, pasando de 4119 en 2021 a más de 22 000 en 2023. Hasta noviembre de 2024 ya se superaban los 16 000 casos. Pero la estadística más brutal es otra: menos del 1 % de los extorsionadores está en prisión.
Las actividades cotidianas, como ir a trabajar, hacer compras o tomar un taxi, se han transformado en una prueba de supervivencia para los peruanos. En solo los dos primeros meses de 2025, el Sistema de Información de Defunciones registró 368 homicidios, una cifra que no es solo un número, sino el retrato de un Estado que ha perdido el control de lo más elemental: la seguridad.
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