La versatilidad y profundidad interpretativa de Cindy Díaz han llevado su carrera a escenarios internacionales, destacándose en la reciente película chilena Análogos, dirigida por el reconocido director chileno Jorge Olguín y por la cual ha sido premiada por Mejor Interpretación en el NOX film fest de Uruguay.
Este drama, proyectado en el Insólito Festival de Cine de Lima, toca temas sensibles como la vulnerabilidad de los adultos mayores y las dificultades de la migración, explorados a través de una premisa inquietante: la llegada de un cometa que amenaza la vida en la Tierra. Esta historia es, aparentemente, una alegoría a la llegada de la pandemia COVID-19. En el papel de una inmigrante peruana que trabaja en una tienda, Díaz interactúa con una pareja de ancianos interpretados por Mónica Carrasco y Jorge Gajardo, íconos de la televisión chilena.
Díaz comenta que su personaje es la única persona que cuida y apoya a los protagonistas, en una crítica sutil a cómo las sociedades modernas a menudo marginan a sus adultos mayores. Esta película simboliza la conexión entre dos sectores vulnerables: migrantes y personas de la tercera edad, ambos afectados por el desinterés social. “Es una reflexión sobre quiénes son los que realmente ayudan a quienes lo necesitan. En este caso es un migrante, alguien que en sí mismo enfrenta diariamente rechazo y desafíos”, explica la actriz.
UN HOMENAJE A LOS VÍNCULOS PERSONALES
Análogos ha sido una película especialmente emotiva para Díaz, quien dedicó su actuación a su tía abuela, figura clave en su vida y quien falleció hace algunos años. “El guion llegó a mis manos en un momento que sentí como un cierre de ciclo. Leí escenas en las que uno de los personajes me recordaba a mi tía abuela, y supe que debía hacer esta película”, comparte Díaz. El largometraje fue recibido con éxito entre jóvenes, quienes encontraron en la historia una conexión emocional con sus propios familiares mayores.
Sin embargo, la actriz revela que ver la película por primera vez fue una experiencia desgarradora. “La primera vez lloré mucho y pensé que no podría volver a verla. Tiene un valor sentimental muy fuerte para mí, y siento que es una historia que se necesitaba contar”, confiesa.
La historia de Análogos aborda la migración desde una perspectiva humana y compleja. Cindy Díaz, quien ha experimentado la migración desde un lugar privilegiado debido a sus trabajos internacionales, reconoce que su personaje le permitió ver la migración desde otro ángulo. “He tenido la suerte de viajar por trabajo y sentirme recibida, pero mi personaje en la película enfrenta una realidad distinta. Ella vive en soledad y debe adaptarse a un país que no siempre la acepta”, comenta.
A través de su personaje, Díaz encarna la lucha por la supervivencia y la resiliencia en un contexto hostil. Para la actriz, el reto fue adentrarse en la cotidianidad de un migrante que debe trabajar en empleos poco reconocidos y enfrentar el rechazo. Esta realidad, aunque es solo una actuación, le permitió comprender la lucha diaria de quienes, en busca de un mejor futuro, encuentran desafíos que van desde la discriminación hasta la soledad.
TEATRO, CINE Y DESAFÍOS
Díaz, quien ha destacado en cine –recordada por su papel de Sheyla en Rosa Chumbe (2015)– y teatro, confiesa que su carrera se ha construido sobre el deseo de explorar personajes complejos y roles que desafíen su capacidad interpretativa. Recientemente, ha protagonizado obras como Tito Andrónico y Los Justos, donde ha demostrado su habilidad para interpretar papeles intensos y profundos en el teatro peruano.
Esta incursión ha sido (y sigue siendo) un sueño cumplido para la actriz, quien explica que su formación inicial en cine la llevó a explorar los escenarios teatrales como una extensión de su capacidad artística.
En cine, Díaz ha tenido un viaje igual de interesante. “Mi amor por el cine es el motor que me llevó a ser actriz, y cada película me permite sumergirme en mundos distintos, conectar con historias que se vuelven personales y profundas”, asegura.
ARTE Y CONEXIONES
Actualmente, Díaz se encuentra ensayando para la obra Actos Consentidos, dirigida por Adrián Galarce. En esta producción interpreta un rol desafiante dentro de un elenco de reconocidos actores peruanos, entre ellos Karina Jordán, Erika Villalobos y Gonzalo Revoredo. A la par, también prepara su regreso al cine con el estreno en Perú de Análogos, donde espera que la historia conmueva tanto al público peruano como lo hizo en Chile. Pero sus proyectos no se detienen ahí. Díaz participará en el thriller La Niña del Azúcar, dirigido por Dorian Fernández, en el que encarna a una detective, y en Amor Erizo, donde comparte roles con Patricia Barreto y Oscar Meza. Su ambición la lleva también a buscar oportunidades internacionales, pues reconoce la importancia de ampliar horizontes y tener experiencias fuera del Perú para enriquecer su carrera. “Trabajar en otros países no solo me permite crecer profesionalmente, sino también entender nuevas perspectivas y dinámicas de la industria”, finaliza. Después de todo, una actriz tan polivalente siempre tiene espacio en todos los lugares.