Lo del italiano Zucchero en el Centro de Convenciones Barranco fue simple y llanamente exquisito. En la última fecha de una gira que incluyó escenarios como cinco fechas en las Termas de Caracalla en Roma, el Opera House en Sidney, el Royal Albert Hall de Londres y el Gran Rex en Buenos Aires; el cantante recaló en un local inusualmente íntimo para los conocedores locales que sabían que no se lo iban a perder por nada. Con una banda de altísimo nivel y la electrizante corista camerunesa Oma Jali, el dueño de un portentoso registro vocal repasó su discografía en ese estilo único que combina el blues, rock y la canción italiana. Prometió volver.
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