Terrabona es un centro poblado ubicado en el distrito loretano de Fernando Lores al que le ha cambiado la cara. En portugués significa “tierra buena” y sus habitantes han experimentado una mejora en sus condiciones de vida, gracias al cultivo de cacao. Aunque hay problemas que persisten.
Desde hace siete años, son parte del Programa de Alianza Productiva Estratégica para la Producción de Cacao (PAPEC) con la empresa Tamshi SAC, presente en otras 14 comunidades, dando capacitación sobre el cultivo y tratamiento de este fruto a los agricultores, y ayudándolos a vender este producto en el mercado europeo.
De acuerdo al censo de 2018, en Terrabona vivían 71 personas. Ciertamente es un pueblo pequeño que cuenta con casas de madera, una pequeña escuela primaria y un local comunal en el que se dictan clases de educación secundaria.
“Ahora como mamá, ya les puedo dar educación, salud y alimentación a mis hijos. Hemos mejorado”, dice a CARETAS Ludiena Salas Arévalo, agricultora y vecina de Terrabona.
Nos dice que su centro poblado estaba olvidado, pero que ahora “Terrabona es un pueblo con otra cara”. Antes, relata, producían yuca, plátanos, pepino, ají dulce, tomates, zapallo y maíz, pero estos productos no tienen un precio estable y además, sus cultivos son temporales. Por eso, su economía cambió cuando empezó a trabajar con el cacao, un fruto con mejor rendimiento.
“Ahora que estamos trabajando el cacao tenemos una esperanza bien grande por delante”, agrega.
No es la única entusiasta con el trabajo de cultivo del cacao. Segundo Huaycama Tuesta revela a esta revista que antes de que cultivara este fruto, los niños tenían que trabajar sacando aguaje y chonta para poder subsistir. Solo iban a estudiar tres días a la semana. Pero gracias a la mejora en los ingresos, ahora pueden ir al colegio todos los días.
El agricultor explicó que no solo producen cacao, sino que también siembran árboles de capirona, cedros y bolainas en medio de sus plantaciones, además de otros productos.
Incluso, contó que antes de trabajar con el cacao, no podía alimentarse ni vestirse adecuadamente. Ni siquiera podía permitirse tener un colchón y tenía que dormir sobre unas tablas. Pero ahora puede descansar en una cama y pudo adquirir una refrigeradora y un televisor.
Huaycama está expectante porque, entre noviembre y diciembre, se viene un pico importante en la cosecha de cacao que, además de procurarle los ingresos que necesita, también le servirá para producir miel, pan, mermelada, panetón, chocolate de taza y hasta “curichi”, un licor elaborado a base de cacao.
Pese a esta mejora en su calidad de vida, los pobladores advierten que aún les hace falta tener agua, desagüe, internet y una posta de salud. Actualmente, si necesitan atenderse, tienen que hacer un viaje de una hora en peque peque hasta el distrito de Tamshiyacu.
“El colegio necesita mucho”, dice Martín Mesías, director del plantel 60374, que da educación a 75 alumnos. El desafío es mayúsculo si se toma en cuenta que solo reciben S/ 3000 de presupuesto debido a que únicamente se les reconoce la educación primaria, pues la educación secundaria se imparte en un local no oficial.
Aún con esas limitaciones, lograron tener buenos resultados en los concursos de matemáticas y han obtenido el primer lugar en el concurso distrital de ciencias.
Los agricultores piden la presencia del Gobierno central y de sus autoridades regionales y locales, a quienes reprochan que solo visitan Terrabona en la época de las campañas electorales.