Argentina vivió una sequía y un déficit pluviométrico sin precedentes, los cuales generaron daños, pérdidas e impactos en el sector agropecuario, que vio cómo se desplomó la producción de maíz, trigo y soja.
“Este evento climático contrajo un 1.6 % la economía y redujo la producción agrícola en un 26 por ciento respecto al año anterior”, revela la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional.
Durante 2023, Argentina enfrentó una severa sequía provocada por el fenómeno de La Niña, lo que culminó en que este año se convirtiera en el más cálido desde 1961 y se situara en el vigésimo lugar entre los años más secos de los que se tiene registro.
En plena sequía otros sectores de la economía argentina lograron un crecimiento del 1.8 por ciento, pero la contracción registrada del sector agroindustrial se hizo evidente, comenta el organismo dirigido por Horacio Martínez.
Agrega que, durante el primer semestre de 2023, el valor agregado bruto en las cadenas agroalimentarias cayó un 14 % interanual, lo que marcó el nivel más bajo desde 2009.
“La participación del sector agrícola en el valor agregado bruto ha sido la más baja desde 2007, alcanzando el 19 %”, declara el ente encargado de promover las exportaciones e inversiones en Argentina.
El año 2023 cerró marcando el tercer registro más bajo de despachos de producción de maíz, trigo y soja en los últimos veinte años.
Fuente: ActivTrader
“Las exportaciones agrícolas disminuyeron en 40 millones de toneladas comparadas con 2022, con pérdidas del 50 por ciento en los principales cultivos”, precisa la agencia gubernamental.
“En cuanto a los principales complejos exportadores, la producción de soja durante la campaña 2022/23 fue de 20 millones de toneladas, lo que evidenció una reducción drástica de aproximadamente 23 millones de toneladas”, señala la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional.
Detalla que el trigo sufrió su mayor caída, con una reducción del 76 %, habiendo alcanzado una producción de solo 11.5 millones de toneladas.
“El maíz registró una disminución de 18 millones de toneladas comparado con la campaña 2021/22, y alcanzó una producción de 41 millones de toneladas en el período 2022/236”.
Los precios internacionales de petróleo, gas y alimentos volvieron en 2023 a niveles similares a los de finales de 2021, lo que contribuyó a una reducción general del nivel de precios.
“Las tensiones en el canal de Suez y una significativa sequía en el canal de Panamá han presionado nuevamente al alza de los costos de transporte, lo que podría generar un repunte inflacionario en 2024, especialmente en alimentos y energía”, manifiesta.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), se observó una fuerte caída de las exportaciones (24.8 %), que se explica principalmente por el menor envío de cereales, oleaginosas y sus derivados como consecuencia de la sequía.
“Si se suma el descenso en dólares de estas exportaciones, se estima un total de más de 16 mil 523 millones, mientras que la caída total de las exportaciones en valores fue de 21 mil 658 millones”, remarca.
El sector ganadero se vio afectado en menor medida que lo esperado, en parte debido a la naturaleza de los ciclos biológicos más prolongados que caracteriza a este sector.
Un informe de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca muestra que el stock bovino anual fue de 52 millones 783 mil 892 cabezas totales, con una reducción de 1.4 millones de cabezas respecto al año anterior.
“Dentro de esta categoría, el stock de vacas mostró una reducción de 600 mil cabezas frente al cierre de 2022, mientras que el stock de terneros disminuyó un 2.9 por ciento y alcanzó un total de 14 millones 685 mil cabezas. Estas caídas, aunque significativas, fueron menos pronunciadas en comparación con las del sector agrícola”, concluyó.