Mar adentro: los artistas multidisciplinares Sonia Cunliffe y Liudmila & Nelson traen el mar Caribe en instalación, video y multimedia

Escribe: Czar Gutiérrez | Las obras de Cunliffe y Liudmila & Nelson dialogan en perfecta sintonía y quedan, como diría la insigne poeta habanera Dulce María Loynaz, "espejeando mi yo con el del agua". “La utopía y el mar” en la galería Now de San Isidro.
“La gran ola”, de Liudmila & Nelson, mide 4 metros de largo, 126 cm de altura por 466 cm de ancho.

Cuba, la mayor de las Antillas, parece enhebrar su historia en las aguas del mar Caribe: desde los discursos del legendario líder, cuya voz sigue resonando como el más encrespado de los oleajes, hasta los dolientes ejércitos de improvisados balseros lanzándose al océano con la remota esperanza de desembarcar en la imposible playa del frente. Volando sobre esas mismas olas también ocurrieron algunas tragedias, como el éxodo silencioso de 14 mil niños arrancados de sus hogares. Ocurre que aquella isla, con su mezcla de lucha, esperanza y mar, siempre tejió su historia al ritmo de esas ondas que se ondulan contra el horizonte azul.

Una de ellas ha quedado atrapada en la pared de la galería Now: “La gran ola” mide 4 metros de largo, 126 cm de altura por 466 cm de ancho. En realidad, son tres grandes rizos generados por el viento que, al soplar, crea fuerzas de presión, de fricción. Y avanza sobre el espectador cargando los rostros de los inmigrantes legales e ilegales que cruzaron los 150 km que separan la costa cubana con el extremo norte de Key West, Miami. Su autor, el artista cubano Liudmila & Nelson (Nelson Ramirez de Arellano (1969)), levanta una danza sosegada con estas tres crestas de espuma que se alzan, tanto para reversionar el famoso cuadro de Katsushika Hokusai como para contar la historia de quienes han partido. Allí, en cada ola que se rompe, queda el eco profundo de quienes no alcanzaron la otra orilla.

-Revolución azul-

La artista peruana Sonia Cunliffe recuerda la llamada Operación Peter Pan, del traslado de miles de niños cubanos hacia Estados Unidos, algunos de ellos no pudieron reencontrarse con sus padres. Así, presenta su instalación “OPERACIÓN PETER PAN. De ausencia en ausencia” en la que se podrá visualizar un video montaje psicodélico que mezcla imágenes de la propaganda anticomunista ‘La Manzana Perdida’ con la cinta original de Peter Pan.

«Alegato» de Sonia Cunliffe.

El asunto ocurrió entre el 26 de diciembre de 1960 y el 23 de octubre de 1962: en una maniobra coordinada por los servicios secretos de EE.UU., la Iglesia católica y los cubanos en el exilio, más de 14 mil niños fueron llevados de La Habana en aviones de Pan Am rumbo a Miami argumentando que el gobierno comunista de Castro los secuestraría, primero, para esclavizarlos después. Así, todos esos menores serían transportados hasta «la tierra de nunca jamás» (Neverland), lo cual posteriormente los haría conocidos como los «Peter Pans».

“Madres cubanas, ¡no dejen que les quiten a sus hijos! El gobierno revolucionario se los quitará cuando cumplan cinco años y los retendrá hasta que tengan 18”, era la propaganda radial que los Estados Unidos propalaban en los hogares de la isla apenas Castro tomó el poder. En el plan original estaba que, pocos meses después, se reunirían con sus padres. En la realidad, muchos nunca se juntaron con ellos, jamás los volvieron a ver, otros demoraron largos años para reencontrarse con una familia que ya no conocían.

«Más de 14 mil niños fueron llevados de La Habana en aviones de Pan Am rumbo a Miami argumentando que el gobierno de Castro los secuestraría, primero, para esclavizarlos después».

Pero no todo queda ahí. Liudmila & Nelson se apodera de una pared para proyectar “Absolut revolution (azul)”, fragmentos del libro “La historia me absolverá” que contiene la exposición de autodefensa que Fidel Castro pronunció ante el tribunal que lo juzgaba por el asalto al cuartel Moncada. Como se sabe, con ese acto el líder insurrecto prometía promulgar seis leyes revolucionarias para solucionar igual número de problemas: industrialización, vivienda, desempleo, educación, salud y tierra. “Cuba apostó sin dudas por esa posibilidad, una entre miles de millones; una singularidad estadística, una imposibilidad viable a través de la comprensión de los códigos inscritos en esas páginas insondables como el mar que rodea a la isla”, dice el artista.

“Absolut revolution (azul)” de Liudmila & Nelson.

-Espejo de agua-

Será Cunliffe quien recorra algunas páginas de ese mismo libro en “Alegato”, una instalación con dos pantallas: en una, el libro se abre en lenguaje braille; en la otra, un ciego lee y un sordo lo va interpretando en un lenguaje de manos. Y de esta manera texto, subtexto, hipertexto y megatexto se funden en una semiótica sincronizada con la enorme pasión que profesa la artista peruana por el país caribeño. Precisamente ella acaba de inaugurar en el Centro de Estudios Culturales y de la Memoria de Liubliana, capital de Eslovenia, su exposición “Documentos extraviados: niños de Chernóbil en Cuba”, que cuenta la experiencia de los afectados por la explosión nuclear que se curaron en La Habana.

Así, “La gran ola”, “OPERACIÓN PETER PAN. De ausencia en ausencia «,»Alegato » y»Absolut revolution (azul)” coinciden en una muestra que es, al mismo tiempo, un homenaje a esa tierra hecha de azúcar y caña cuyo pueblo encontró, en su propia lucha, una identidad. Es un canto a la resistencia y una ofrenda a sus hijos inmigrantes que han enfrentado vientos y mareas con admirable tesón. Las obras de Cunliffe y Liudmila & Nelson dialogan en perfecta sintonía y quedan, como diría la insigne poeta habanera Dulce María Loynaz, «espejeando mi yo con el del agua». 

(Czar Gutiérrez).

Lugar: Galería Now

Dirección: Conquistadores 780, San Isidro.

Temporada: hasta el 10 de noviembre. Ingreso libre.

Horario: De lunes a sábado: 10:00 a 19:00 hrs.