Los sicarios ya no son solo delincuentes; son empresarios del crimen que ofrecen asesinatos por internet, coordinan pagos y planifican operaciones desde redes sociales. Lo que antes eran disputas familiares o ajustes de cuentas hoy se vincula a extorsión, cobro de cupos, narcotráfico y trata de personas. Barrios enteros viven bajo miedo constante, mientras la violencia profesional y digital expande su alcance sin control, transformando la criminalidad en un negocio sofisticado.
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