En el marco del Día Mundial de la Diabetes, la endocrinóloga pediátrica Julissa Angulo Barranca, de la Clínica Anglo Americana, alertó sobre la importancia de detectar a tiempo la diabetes tipo 1 en niños, especialmente aquellos con antecedentes autoinmunes o familiares.
A diferencia de la tipo 2, esta forma de diabetes no está relacionada con el estilo de vida, sino con un proceso autoinmune que destruye las células del páncreas que producen insulina. Suele manifestarse entre los 5 y 14 años, pero puede comenzar silenciosamente hasta tres años antes del diagnóstico clínico.
Según la especialista, los síntomas iniciales pueden pasar desapercibidos o confundirse con cuadros comunes. Las señales de alerta más claras son las “4 P”: poliuria (orinar frecuentemente), polidipsia (sed intensa), polifagia (aumento del apetito) y pérdida de peso sin causa. También pueden aparecer cansancio, irritabilidad o bajo rendimiento escolar.
La doctora Angulo advierte que muchos menores llegan a los hospitales ya en estado crítico, con cuadros de cetoacidosis diabética. Para prevenirlo, propone usar análisis de anticuerpos en niños con antecedentes familiares de diabetes tipo 1 o enfermedades autoinmunes como celiaquía o hipotiroidismo.
En cuanto al tratamiento, destacan los avances como los monitores continuos de glucosa (CGM) y las bombas de insulina inteligentes, que funcionan como un “páncreas externo”. Aunque estas tecnologías han revolucionado la calidad de vida de los pacientes, su acceso en el Perú aún es limitado y depende del nivel económico de cada familia.
La endocrinóloga enfatiza que la educación es tan importante como el diagnóstico. Profesores, cuidadores y personal de salud deben conocer las señales para actuar a tiempo. “Detectar la enfermedad a tiempo significa evitar emergencias y asegurar una infancia saludable”, concluye.