Un nuevo episodio de violencia urbana sacudió la noche del lunes 11 de noviembre a Villa María del Triunfo (VMT). Un bus de la empresa “Los Chinos”, línea A, fue atacado a balazos mientras transportaba pasajeros por la curva de Nueva Esperanza, una de las zonas más transitadas del distrito.
Según testigos, dos sujetos a bordo de una motocicleta dispararon varias veces contra el vehículo en movimiento y luego huyeron con dirección desconocida. Milagrosamente, ninguno de los pasajeros ni el conductor resultaron heridos, aunque el bus quedó con múltiples impactos de bala en la carrocería.
Ataque en pleno estado de emergencia
El hecho ocurrió en un contexto particularmente tenso: Lima Metropolitana y el Callao se encuentran bajo estado de emergencia, medida dictada por el Gobierno para combatir la delincuencia y el crimen organizado.
La agresión contra el bus de “Los Chinos” no solo desafía la autoridad policial, sino que también expone las limitaciones del despliegue militar y las fallas en la seguridad ciudadana en los distritos del sur de la capital.
Videos difundidos en redes sociales muestran el vehículo con perforaciones de bala en los laterales. Pese al ataque, el conductor continuó su ruta hasta su paradero final, evitando que los pasajeros entraran en pánico. La Policía Nacional del Perú (PNP) llegó posteriormente al lugar para realizar las pericias correspondientes y recolectar casquillos de bala.
¿Quiénes serían los responsables del ataque?
De acuerdo con los primeros reportes de la comisaría de Nueva Esperanza, los atacantes serían dos hombres jóvenes que circulaban en una motocicleta negra, pese a que el traslado en moto con acompañante se encuentra prohibido durante el estado de emergencia en varios distritos de Lima.
El uso de motocicletas para perpetrar ataques armados se ha vuelto una práctica recurrente entre sicarios y extorsionadores vinculados a mafias del transporte informal. La PNP no descarta que este atentado esté relacionado con amenazas previas o cobros extorsivos contra empresas de transporte urbano.
“Estamos investigando si este ataque forma parte de una red de extorsión. Hay indicios de que las víctimas habían recibido llamadas intimidatorias en los últimos días”, señaló una fuente policial a Caretas.
Extorsiones en aumento: el transporte bajo fuego
El sector del transporte público en Lima Sur atraviesa una ola de extorsiones. En distritos como San Juan de Miraflores, Villa El Salvador y Villa María del Triunfo, bandas criminales exigen pagos de “cuotas” a las empresas para permitirles operar sin ataques.
Los choferes y cobradores trabajan bajo constante amenaza, mientras los pasajeros quedan expuestos a balaceras, incendios de vehículos y agresiones armadas.
En los últimos meses, al menos 15 ataques contra buses y combis han sido reportados en la capital. En la mayoría de casos, los agresores actúan desde motocicletas, lo que dificulta su identificación y captura.
“Los extorsionadores utilizan el miedo como herramienta. Si una empresa se niega a pagar, la atacan para dar el mensaje a las demás”, explicó un miembro de la División de Investigación Criminal (Dirincri).
¿Qué medidas se están tomando en Villa María del Triunfo?
El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y la PNP han intensificado las patrullas mixtas en Villa María del Triunfo, Villa El Salvador y San Juan de Lurigancho, distritos incluidos en el régimen de excepción. Sin embargo, los vecinos denuncian que las intervenciones son esporádicas y que las zonas más conflictivas permanecen sin presencia constante.
El alcalde de VMT, Eloy Chávez Hernández, condenó el ataque y pidió al Gobierno reforzar el control sobre las motocicletas:
“No puede ser que, en pleno estado de emergencia, dos sujetos en moto circulen armados y disparen contra un bus lleno de pasajeros. Necesitamos operativos permanentes y no solo medidas temporales.”
El municipio anunció la instalación de nuevas cámaras de videovigilancia en las principales avenidas y la creación de un centro de control conjunto entre serenazgo y policía, con monitoreo en tiempo real.
¿Por qué persisten los ataques durante el estado de emergencia?
A pesar de la presencia militar en las calles, la inseguridad en Lima Metropolitana no ha mostrado una reducción significativa. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 84% de limeños considera que su distrito es “poco o nada seguro”.
Los especialistas sostienen que la estrategia del estado de emergencia carece de un enfoque sostenido, y que los operativos no atacan las raíces del crimen organizado, como las redes de extorsión, la trata de personas y el tráfico de armas.
“Mientras no exista inteligencia policial efectiva, las fuerzas del orden solo estarán reaccionando después de cada crimen”, opinó el exviceministro del Interior Ricardo Valdés, en diálogo con Caretas.
El transporte urbano, blanco del crimen organizado
Las empresas formales e informales que operan en Lima son objetivos constantes de extorsión. El caso de “Los Chinos” no es aislado: en 2024, la línea 250 en Villa El Salvador y la línea 22 en San Juan de Lurigancho también sufrieron ataques similares.
Los sindicatos de transporte han solicitado al MTC y a la Policía implementar un sistema de rastreo GPS obligatorio, cámaras internas y botones de pánico conectados a centrales policiales, medidas que aún no se aplican plenamente.
“Si no se protege al transporte formal, la delincuencia seguirá controlando las rutas”, advirtió el dirigente transportista Walter Quispe, representante de la Coordinadora Nacional de Transporte Urbano.
Vecinos exigen seguridad y resultados
Tras el ataque, vecinos de Nueva Esperanza exigieron más presencia policial y denunciaron la ausencia de patrullaje durante las noches.
“Vemos militares en las avenidas principales, pero no entran a los barrios donde ocurren los crímenes. El estado de emergencia no se siente”, comentó una residente de la zona.
La Dirincri continúa analizando las cámaras de seguridad para identificar a los agresores. No se descarta que el ataque sea una represalia contra la empresa por negarse a pagar “cupos” a una organización criminal local.
Una ciudad sitiada por la violencia
El atentado contra el bus de “Los Chinos” es un nuevo recordatorio del deterioro de la seguridad ciudadana en Lima. Aunque las autoridades aseguran que los patrullajes se han incrementado, los hechos muestran que la criminalidad no se ha detenido ni siquiera bajo un régimen de excepción.
Mientras los pasajeros buscan rutas más seguras y las empresas intentan sobrevivir entre la informalidad y las amenazas, la capital del Perú sigue enfrentando una ola de violencia que no distingue distrito, clase ni horario.