En un lapso de horas, el Perú ha sido escenario de dos hechos graves que reflejan la creciente inseguridad en las calles: el asesinato de un hombre en la Plaza San Martín, en pleno centro histórico de Lima, y la explosión de un artefacto en un almacén de Trujillo, región La Libertad, que dejó tres heridos y cuantiosos daños materiales.
El Ministerio del Interior (Mininter) informó que la Policía Nacional del Perú (PNP) ya inició las investigaciones en ambos casos, con equipos de criminalística e inteligencia desplegados para esclarecer los hechos y dar con los responsables. La primera hipótesis apunta a que el homicidio en Lima estaría ligado a la disputa por el control de la venta ilegal de drogas en el centro de la capital, mientras que en Trujillo las autoridades no descartan un acto de extorsión o ajuste de cuentas.
Asesinato en el corazón de Lima
El crimen ocurrió en las últimas horas en la Plaza San Martín, uno de los puntos más concurridos de la ciudad, conocido por su valor histórico y turístico, pero también por ser zona de alta presencia del microtráfico y la delincuencia callejera.
Según el comunicado del Mininter, agentes especializados realizan diligencias para recopilar evidencias y testimonios que permitan identificar a los autores materiales e intelectuales del ataque. Una línea de investigación señala que el móvil del homicidio sería una disputa entre organizaciones por el control territorial de la microcomercialización de drogas.
Fuentes policiales indicaron que en los últimos meses la Plaza San Martín ha sido escenario de operativos antidrogas, pero que la presión de las mafias sobre el espacio público se ha intensificado, generando un clima de inseguridad permanente.
Explosión en Trujillo: terror en la avenida Perú
La noche del jueves 14 de agosto, la tranquilidad de Trujillo se rompió con una potente detonación registrada alrededor de las 11:30 p.m. en un inmueble ubicado en la avenida Perú. El estallido, que se escuchó a varias cuadras de distancia, provocó pánico en los vecinos, quienes salieron de sus casas alarmados.
El inmueble, que funcionaría como almacén, sufrió daños estructurales severos, especialmente en su fachada, mientras que viviendas colindantes resultaron afectadas por la onda expansiva, con ventanas rotas, puertas destrozadas y cortes en el suministro eléctrico. El apagón dejó sin luz a un amplio sector por más de una hora.
Tres personas resultaron heridas y fueron trasladadas de emergencia al Hospital Víctor Lazarte Echegaray. Una de ellas presenta lesiones de consideración, aunque su identidad y condición exacta no han sido reveladas.
¿Extorsión o mensaje criminal?
La Policía Nacional, junto con especialistas en explosivos, trabaja en el levantamiento de indicios para determinar el tipo de artefacto utilizado y el motivo detrás del ataque. Las autoridades investigan si el inmueble fue un objetivo directo o si la detonación fue un mensaje dirigido a otra organización delictiva.
Vecinos declararon que el local había sido desocupado recientemente y no contaba con medidas de seguridad visibles. Este hecho ha llamado la atención de los investigadores, quienes manejan la hipótesis de que podría tratarse de un ajuste de cuentas vinculado a bandas de extorsionadores, un delito que ha crecido alarmantemente en la región.
Escalada del crimen organizado
La Libertad, junto a Piura y Lambayeque, es actualmente una de las regiones más golpeadas por la violencia del crimen organizado. La modalidad de colocar explosivos como amenaza o represalia se ha vuelto frecuente en Trujillo, donde organizaciones criminales utilizan el terror como método de control.
En Lima, el asesinato en la Plaza San Martín evidencia que las disputas por el microtráfico no solo se limitan a barrios periféricos, sino que han tomado espacios emblemáticos de la capital, afectando la percepción de seguridad en zonas turísticas y céntricas.
¿Estamos ante casos aislados o frente a una ofensiva simultánea de bandas criminales que operan en distintas regiones del país?
Expertos en seguridad consultados por Caretas señalan que la coincidencia temporal de estos hechos debe ser analizada por las autoridades como parte de un patrón de violencia organizada, en el que las mafias buscan imponer control territorial mediante el miedo.
Reacción del Estado y medidas urgentes
El Mininter ha prometido celeridad en las investigaciones y la captura de los responsables, mientras que en Trujillo se mantiene un cerco policial en la zona de la explosión. Sin embargo, la ciudadanía exige acciones más contundentes para frenar la escalada criminal, como el fortalecimiento de la inteligencia policial, el control de armas y explosivos, y la desarticulación de redes de extorsión y narcotráfico.
La presión sobre las autoridades crece, pues los hechos de Lima y Trujillo no solo dejan víctimas y daños, sino que también afectan la confianza ciudadana en la capacidad del Estado para garantizar la seguridad.