La espiral bélica entre Israel e Irán se intensificó durante el fin de semana. Aunque los informes destacan múltiples impactos de misiles en territorio israelí, el dato más revelador es la capacidad operativa de Israel para penetrar el espacio aéreo iraní sin mayores obstáculos. Sus ataques selectivos a instalaciones nucleares y militares no solo buscan debilitar las capacidades defensivas de Teherán, sino también establecer un nuevo statu quo atómico en la región.
Israel es, hasta hoy, la única potencia nuclear reconocida en Medio Oriente. Y actúa como tal.
Hormuz como detonador inflacionario
La gran incógnita es si Irán responderá con una medida largamente temida: el bloqueo del estrecho de Hormuz, por donde circula aproximadamente un tercio del transporte mundial de petróleo. De ocurrir, los precios del crudo y el gas natural podrían dispararse en cuestión de días, arrastrando consigo la inflación global y enterrando cualquier esperanza de una baja de tasas por parte de la Reserva Federal en septiembre.
Por ahora, el mercado de futuros en EE.UU. no refleja ese escenario, pero una sola señal de bloqueo bastaría para modificar las apuestas. En Washington se da por descontado que una interrupción en Hormuz implicaría una reacción militar directa de Estados Unidos. Una posibilidad que los mercados preferirían no tener que contemplar.
La economía mundial, ya debilitada en EE.UU., Europa y China, sufriría un nuevo golpe. Particularmente preocupante sería la situación para Pekín, altamente dependiente del petróleo iraní, que no podría reemplazar fácilmente sus fuentes de suministro.
China estimula el consumo… a golpe de subsidios
En medio del panorama global enrarecido, los datos del comercio minorista chino llegaron como una sorpresa positiva. Las ventas al por menor crecieron un 6,4% interanual en mayo, superando con holgura el 5% esperado, y marcando el mayor avance desde diciembre de 2023.
¿La clave? Subvenciones estatales. Pekín ha apostado fuerte por el estímulo del consumo interno y, al menos por ahora, los resultados lo respaldan.
Sin embargo, el crecimiento industrial no acompaña: la producción fabril aumentó apenas un 5,8%, por debajo del 5,9% previsto. El motivo principal: la caída de la demanda estadounidense, lastrada por la política arancelaria de Washington, que continúa siendo un freno poderoso para el motor manufacturero chino.
Mercados asiáticos al alza
A pesar de las tensiones, los principales índices bursátiles de Asia iniciaron la semana con signo positivo. El Nikkei 225 de Tokio y el Kospi de Seúl subieron más de un punto porcentual, mientras los futuros en Wall Street mostraban avances moderados.
El contraste entre los riesgos globales y los impulsos locales revela un mundo que intenta operar bajo una creciente disociación: estímulos estatales y diplomacia contenida en Asia, frente a una amenaza de guerra de gran escala en Medio Oriente con consecuencias imprevisibles sobre los mercados energéticos y la estabilidad inflacionaria global.
Dirk Friczewsky, ActivTrades.
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