Escribe: Luis Miguel Iglesias
La importancia de la inversión en el desarrollo de nuestros pueblos ya es una realidad y tiene como principal eje articulador al Terminal Portuario Multipropósito o Megapuerto de Chancay (TPMCH), con un costo total que superará los 3400 millones de dólares.
Antes de fin de año el Perú contará con una de las obras de infraestructura más importantes de los últimos años. Sin duda, posicionará a nuestro país como el principal referente comercial en América del Sur y uno de los principales referentes estratégicos para el enorme mercado del Asia – Pacífico, al reducir hasta en 20 días la ruta marítima entre Perú y China.
El Megapuerto de Chancay viene generando amplias expectativas en el sector empresarial del país, pero su beneficio no queda allí, en tanto elevará el nivel socioeconómico de la costa central peruana, la que por muchos años ha vivido prácticamente de la pesca artesanal y que ahora tendrá un nuevo papel en el desarrollo económico nacional, siendo necesario en todo caso lograr la armonización de ambas actividades.
Por lo pronto la presencia del megapuerto abre las puertas a un mayor desarrollo urbanístico y social en la provincia de Chancay, lo que marcha en paralelo con la implementación del proyecto. A la fecha, los diversos proyectos y obras de inversión en la zona se articulan a través de la Comisión Multisectorial encargada de promover el desarrollo e inclusión social con enfoque territorial en la zona de influencia del proyecto, ciertamente la participación del Estado cobra realidad. La PCM tiene la responsabilidad de definir una visión a futuro para Chancay y para el norte chico en general.
En este marco, se ejecutan ya proyectos urgentes como la modernización de la Carretera Panamericana Sur dándole fluidez a la conexión entre el puerto del Callao con el Megapuerto de Chancay, además de abrir una conexión con la Carretera Central (hasta el Brasil) y otras vías clave tanto del norte como del sur del país.
A estos se deben sumar proyectos destinados directamente a la población, como la mejora de servicios en electrificación, agua y saneamiento, salud y educación, seguridad pública y ciudadana, y obras de habilitación urbana como la modernización de edificios públicos y la construcción de áreas de esparcimiento, todo lo cual permitirá elevar el nivel de vida de la población.
Por su parte, la empresa a cargo del proyecto, Cosco Shipping Ports, ha dispuesto cerca de 35 millones de dólares distribuidos en diversos beneficios para el distrito de Chancay, el financiamiento en la construcción de inmuebles públicos, compensaciones y ejecución de proyectos inmediatos en la modalidad de obras por impuestos y otras a mediano plazo, programas de promoción del turismo y el empleo, así como en acciones preventivas.
En resumen, a partir de 2025 veremos toda una transformación social, institucional y económica en torno al Megapuerto de Chancay, cuya influencia se extenderá y ramificará a diferentes regiones del país, todo ello gracias a un adecuado gerenciamiento institucional puesto en marcha desde hace algunos años, además de la necesidad, por cierto, de imprimirle mayores alianzas público – privadas que permitan que este crecimiento se dé en forma ordenada en vez de convertirse en fuente de nuevos conflictos sociales.