El real brasileño se depreció a un mínimo histórico de 6,16 por dólar en diciembre, lo que refleja la creciente preocupación por la credibilidad fiscal del gobierno y el empeoramiento de los fundamentos económicos.
El Congreso aprobó recientemente medidas fiscales que impusieron restricciones al crecimiento de los incentivos fiscales, al tiempo que retrasaron reformas críticas, como los ajustes de las pensiones militares. Esto ha amplificado las dudas sobre la capacidad de la administración para abordar el creciente déficit fiscal de Brasil, que ahora asciende al 9,5% del PIB, frente al 4,6% cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva asumió el cargo en enero de 2023.
Además, ante la baja demanda de deuda pública, el Tesoro canceló las subastas de bonos y anunció una recompra de activos para limitar la oferta y evitar pagar altas tasas de interés. Sin embargo, la confianza de los inversores sigue siendo frágil debido a la falta de medidas fiscales decisivas. El real se ha depreciado más del 20% este año, lo que pone de relieve el creciente riesgo soberano y la inestabilidad fiscal.
Saverio Berlinzani, ActivTrades.
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