¿Quieres ser el próximo presidente del Perú? ¿Aspiras a ser el mandatario número 132 de nuestros 203 años de vida republicana?
¿No te preocupa que en los últimos 30 años en lugar de tener seis presidentes hemos sumado 11 por casos de corrupción o volatilidad política?
¿Tampoco te asusta que nueve presidentes tienen deudas con la justicia, incluida la actual mandataria? ¿No te incomoda que uno prefirió suicidarse y cuatro están involucrados en el caso Lava Jato?
Si aun así, por una auténtica razón democrática o quizás por un inconfesable interés subalterno, quieres postular a “el maldito sillón de Pizarro”, en las siguientes líneas sintetizamos algunas sugerencias para que lances tu campaña política, ya para las elecciones de 2026 o quizás antes (la incertidumbre es norma de estos tiempos).
Por supuesto, siempre y cuando no te incomode postular dentro del pelotón de 48 probables candidaturas, con 30 partidos inscritos a la fecha.
Las recomendaciones pertenecen a un grupo de 11 expertos en comunicación política de Argentina, España, Estados Unidos, Costa Rica y Perú quienes hace pocos días participaron en Edircom 2024 coorganizado por el Instituto de Comunicación Política y Gobierno (ICPG) y el Capítulo de Ingeniería Económica y Administrativa del Colegio de Ingenieros del Perú – CD Lima, en cuya sede se realizó el evento.
Una motivada audiencia de políticos, ministros, exministros y periodistas, siguió con atención las documentadas, y a veces picantes intervenciones, de este calificado grupo de especialistas con experiencia probada en cientos de campañas políticas en todo el orbe.
NUEVA ERA, NUEVOS ELECTORES
Casi todos los expositores coincidieron en que estamos en los albores de una nueva era, marcada por la tecnología, en la que ya las campañas políticas con afiches, pintas y perifoneo en las calles y hasta los concurridos mítines, con lonchera de por medio, “son piezas de museo”.
“Nunca como hoy los políticos tienen menos poder que ahora. La gente ya no quiere votar, está ganando la abstención. Hay desafección pesimismo, desprecio al sentimiento comunitario”, anotó la española Ofelia Santiago. Nadie puede dudar que las campañas electorales ya casi no interesan a la mayoría de ciudadanos. Hay una ruptura del pacto social y la mayoría de personas no cree en los políticos y menos aún en sus autoridades.
“Hoy los electores buscan soluciones simples, prácticas, a sus problemas cotidianos. Los candidatos deben destilar su esencia y saber leer las emociones de la gente” añadió.
Por eso el también español Antonio Sola, quien considera que la política actual está en proceso de extinción como los dinosaurios, anotó que “hay una nueva generación que ya vota y que demanda nuevos liderazgos que los ayuden a mitigar el dolor”. ¿Se habrán percatado de eso nuestros egocéntricos políticos y líderes?
Sola insistió en que la próxima campaña electoral, para la mayoría de los ciudadanos, no transitará por bloques ideológicos de derecha, centro, izquierda, ni por términos “caviar” o “conservas”, calificaciones desconocidas para la mayoría de peruanos. Los partidos pasarán a ser cascarones vacíos, sentenció.
“Las nuevas campañas pasarán de la plaza pública a la digital”, afirmó con certeza porque no es un secreto que muchos mítines solo reúnen a simpatizantes “incentivados”.
También acuñó un nuevo término para el lenguaje de los comunicadores políticos, politainment, conjugando la política con el entretenimiento para conseguir la atención de los nuevos electores aburridos de los largos y racionales discursos de los líderes tradicionales.
Si lo dice un consultor que ha comandado más de 700 campañas alrededor del globo, con 70 % de éxito asegura, debe tener algo o mucho de razón.
COMUNICAR CON EMOCIÓN
Roberto Gravili, un geoestratega español, con experiencia en la OTAN, precisó cuál debe ser el punto de partida de cualquier campaña política: definir una estrategia. “Esta debe partir de un estudio en detalle” de todos los factores que inciden en una campaña.
Definida la estrategia comunicacional “es importante que esta narrativa guarde relación con la realidad”, añadió. Sin duda, las lecturas antojadizas de los contextos políticos ajustadas a los pensamientos del líder solo conducen a una estrategia equivocada.
Bien decía el gran ajedrecista ruso, Garry Kasparov: “Si no tienes una estrategia, con seguridad caminas al fracaso”.
Aterrizando este concepto, el argentino Diego Panigo, asesor de Manuel López Obrador, recomendó definir una estrategia comunicacional basada en el manejo de las emociones “pero con credibilidad”
“¡Hay que partir de lo que siente la gente, no de lo que siente el candidato!”, levantó la voz.
“Hoy las campañas se hacen sin hablar de política porque esta es aburrida para la enorme mayoría de electores”, acotó. “Se tiene que hablar en forma entretenida, los programas de gobierno aburren”. ¿Usted, amable elector, alguna vez ha leído el plan de gobierno completo de un partido?
Panizo consideró que el gran problema de las campañas es que los políticos no tienen credibilidad. Así es difícil que capten la atención de los electores.
Luego espoloneó las campañas propagandísticas repetitivas en la televisión, la radio o las redes. “Quién dice que la repetición de un mensaje va a convencer al elector, quienes asocian dinero y uso de medios pierden”. No se puede menospreciar al ciudadano.
EL VALOR DE LA VERDAD
El estadounidense, David Duckenfield (EE.UU.) exsubsecretario de Asuntos Públicos del Gobierno de Barack Obama, vía zoom, ingresó con el pie en alto. “La mentira está dando la vuelta al mundo, alimentada por la pérdida de confianza en las instituciones, la proliferación de fake news, el populismo y la debilidad de los medios tradicionales”, enfiló sus comentarios.
Poco después, el peruano Henry Rafael, organizador del evento, ratificó esta percepción, vinculada a la desconfianza de los ciudadanos en sus líderes e instituciones.
Por esta razón, anotó: “La verdad es el mejor aliado para recuperar esa confianza, pero hay que transmitirla por todos los sentidos, emocionar. El líder tiene que ser genuino. La verdad se toca, se saborea, se ve, se huele, se oye…los cinco sentidos”
¿La mayoría de nuestros políticos son mentirosos? No es difícil demostrar la delgada línea que separa la verdad de la mentira para muchos de nuestros líderes. Esto explica y justifica la desconfianza de la gente en el sistema político.
Perú, rara avis
Varios de los expositores anotaron una de las peculiares y preocupantes características de los procesos electorales peruanos de los últimos años.
“Con 10 por ciento o un poco más (de los votos), en el Perú uno se puede convertir en presidente. En primera vuelta con menos del 20 por ciento se pasa a la segunda vuelta”, anotó el argentino Fernando Dopazo.
En la misma línea, Antonio Sola señaló: “En Perú se pasa a la segunda vuelta con un 10 por ciento, es una rara avis en el mundo”.
“No se tiene que ganar a todo el electorado, solo necesitamos 10 de cada 100 electores para entrar en segunda vuelta. No hay un líder capaz de ganar en primera vuelta”, añadió.
Con casi 40 agrupaciones políticas por colocarse en el partidor electoral se explica el porqué de este fenómeno sui generis. Aquí se aplica la famosa frase de Julio César o Maquiavelo: “Divide y reinarás”. ¿Quién diseño este sistema electoral para fraccionar el voto, la composición del Congreso y generar la creciente inestabilidad política?
“El hartazgo será determinante en las próximas elecciones peruanas. Hay que entender esto para no perder. Los políticos nos dicen todos los días lo que tenemos que hacer, pero no sienten lo que padecemos”, argumentó.
Luego sugirió, con entrenado olfato político que “al fujimorismo le interesa que Antauro esté en el otro extremo (pase a la segunda vuelta), porque es el (candidato) más fácil de ganar”.
Bajo la constatación de la reducida cantidad de votos para tener éxito electoral, los expertos recomendaron la “microsegmentación” del electorado.
Ofelia Santiago anotó que “es el momento de aplicar el microtarget, cada segmento tiene su propio lenguaje”.
El consultor peruano Dimas Concha argumentó en el mismo sentido. “No podemos decir a todos (los electores) lo mismo. Hay que microsegmentar y a cada microsegmento entregarle un mensaje a la yugular, a la vena”, anotó.
Para esa microsegmentación precisó que ya no se utilizan los tradicionales “focus group” sino los denominados “mapas mentales”, con el soporte de la Inteligencia Artificial. “Hoy con esta herramienta podemos llegar de manera puntual a lo que piensa y siente el segmento que nos interesa”.
¿SE GANA POR DESINFORMACIÓN?
Con el asesor de Nayib Bukele, el costarricense Danilo Morales, se abrió espacio a un territorio que muchos consultores prefieren no hablar públicamente.
“Ya no se gana (una elección) por tener un buen candidato, un buen aparato, un buen partido, se gana por la desinformación. Hay que hablar mal del que está arriba, para poder subir, esto es desinformar”.
Morales reiteró lo que se había escuchado: “Se vota por emociones, por sentimientos, no por razones. Se vota por amor, por odio, por temor, por esperanza. Porque tu familia trabaja en el gobierno y si pierde su candidato vas a perder tu empleo”.
Por eso consideró que las emociones negativas son muy importantes en una campaña. En ese sentido es clave la hoja de vida del candidato, “si hay mucha basura debajo de la cama vamos a tener problemas, preocúpense por dónde los van a desinformar”, anotó. ¿Cómo está su trayectoria personal apreciad@ candidat@? ¿Aún no se desanima de seguir en la carrera?
Luego Morales confesó que es biólogo de profesión. “Estoy especializado en animales, por eso trabajo con políticos, la política es biología aplicada” bromeó.
Hizo algunas menciones a su asesorado Bukele. “Es un comunicador multifactorial. Todo lo maneja desde el celular, es milenial, usa Face, Equis, YouTube, Whatsapp, TikTok, él sabe que el mundo ha cambiado, por eso utiliza otro lenguaje”.
LAS REDES DE MILEI
Una de las más esperadas intervenciones fue la de la argentina Malena Dip, directora de Comunicación de la Jefatura de Gabinete del Gobierno de Argentina, presidido por Javier Milei.
De arranque subió la valla. “Cualquiera no puede hacer comunicación digital, se necesita un equipo de por lo menos cinco especialistas. Solo uno no puede hacer todo”, dijo. Adiós “todistas”.
Mencionó en el equipo al social media manager (que arma la estrategia digital), el community manager (a cargo de la parte operativa), el que pautea las redes (“nos interesa más el alcance que los seguidores”), el country manager, quien define cómo se va a comunicar y el analista de datos que dice a qué público queremos llegar.
¿Cuánto me cuesta todo esto? preguntará el candidato. Malena responde con otra pregunta: “¿Es gasto o es inversión?”.
Aquí la “madre del cordero”. Si una campaña requiere mucho dinero, sin importar de dónde viene el financiamiento, con seguridad la corrupción empieza a desarrollar su camino.
Hoy se sabe que casi 25 millones de peruanos están conectados a la red. “Si estás en redes lo importante es interactuar. Si no interactúas no sirve. No hay que subir contenido a las redes por subir, subir fotos de reuniones o textos, gacetas de prensa, eso no dice nada, no sirve…no hay que subestimar a la gente”. Atención oficinas de prensa.
CANDIDATOS “FOREVER”
Para no desmoralizar a los candidatos el asesor de Obama, Duckenfield llegó a anotar que “la simplicidad es el éxito, el mensaje más simple gana siempre. Obama usó como slogan de campaña la palabra “hope” (esperanza) y ganó”. Para tomar en cuenta.
Pero, ¿qué pasa si al final del enorme esfuerzo del candidato y las decenas de millones “invertidos”, cae derrotado? ¿Se acabó la ilusión?
El español José Luis Cordeiro, autor del libro “La muerte de la muerte”, dio una buena noticia para los candidatos de siempre. Todo indica que van a poder seguir postulando “forever”. ¿What?! Sí, el futurista precisó que la expectativa de vida está aumentando. De los 20 años que se vivía, en promedio, durante el imperio romano, a los 80 años de estos tiempos, hay un proceso continuo de longevidad en la especie humana, gracias a los adelantos de la medicina. Luego anunció, convencido: “En el 2045 el hombre será inmortal. Vamos a ver la inmortalidad”
Es decir, si pierdes esta elección y consideras que llegarás al 2045 no te preocupes, tendrás varias oportunidades. Claro siempre y cuando la humanidad no decida tener un robot como presidente. “En 20 años eso puede ser realidad”, concluyó Cordeiro.
Gobernar el Perú es un reto muy complejo. Dejarlo en manos de los humanos hasta ahora no funciona. Si dentro de dos décadas no resolvemos nuestros problemas seculares, no sería mala idea elegir un robot entrenado para funciones presidenciales. Por lo menos tendríamos la seguridad que no caería en corrupción.