“Tenemos casi 30 líderes asesinados por defender el territorio indígena, por defender el derecho a la colectividad. Estamos amenazados”, refirió Saúl Vega Samuel, vicepresidente de la Central Asháninka del Río Ene (CARE), al analizar los riesgos que rodean a los defensores ambientales. El dirigente indígena declaró sobre este y temas vinculados en entrevista para Inforegión.
Cabe citar que el líder de la CARE asistió recientemente a un encuentro internacional donde se abordaron los retos existentes en la defensa de los derechos indígenas. La cita, organizada por la ONG DAR, contó con la asistencia de 40 defensoras y defensores ambientales del Perú, Colombia, Bolivia, Guatemala, Brasil y Ecuador.
Criminalización: amenaza común
Sostuvo que “la criminalización de los defensores” es un problema “que nos está azotando a nivel de países y a nivel Latinoamérica”. Al respecto, consideró que como pueblos indígenas es importante articular acciones conjuntas con los gobiernos en beneficio de las comunidades indígenas. Resaltó que deben definirse mecanismos de participación con enfoque intercultural que comprenda la visión de las comunidades.
Importancia de construir alianzas
El líder de la CARE destacó la importancia de “seguir construyendo una alianza de redes entre los defensores y las defensoras en territorios indígenas”. Por ello destacó que eventos como el que se mencionó sirvan de espacio para estructurar iniciativas como esa. “Ahora con esta estratégica alianza de redes va a ser importante para conectarnos”, precisó.
Seguidamente, remarcó la necesidad de que se produzca la “unidad de los pueblos” para que el mundo bien sepa quienes son ellos. “Somos dueños del pulmón del mundo”, recordó para luego añadir que hay mucha gente que impulsa actividades (legales o ilegales) en sus entornos y no tienen idea del contexto crítico en el que viven.
Situación crítica y abandono de parte del Estado
Precisó que la realidad que se vive en el Vraem es “bastante compleja”. Recordó que se aprecia una avanzada de colonos que ingresa a territorios de las comunidades. Y es allí donde tienen que obrar en defensa de sus pueblos y sus recursos. Recordó que tuvieron que enfrentarse a la violencia desatada por Sendero Luminoso, y que hoy existen remanentes trabajando en alianza con narcoterroristas.
A ello anotó que en la región Amazonas el panorama tampoco es alentador. Dio cuenta que “hay cuatro hermanos shipibo-konibo que han muerto”, debido a que ellos actuaron en defensa de los derechos que les asisten. “Sin embargo, la justicia peruana no los ve. Entonces hay una preocupación en nosotros”, lamentó.
¿Y el Estado? De su parte hay “más que abandono. No nos mira porque dicen que somos antidesarrollistas. Sin embargo, no conocen cuál es nuestra estructura de gobierno de autoprotección (…). Nosotros tenemos propuestas, queremos desarrollarlas acorde a la realidad de nosotros. Entonces en eso estamos avanzando también”, afirmó.