Puno: dirigentes acuerdan nuevas movilizaciones contra Boluarte para el 12 de octubre. Excongresista Alejandra Aramayo advierte sobre el poder político en las universidades

por gruiz

El Comité Colegiado de Organizaciones de las 13 provincias de la región de Puño anunció que continuará con las jornadas de protestas en contra del Gobierno de Dina Boluarte para exigir la renuncia de la mandataria, el cierre del Congreso y una nueva constitución política.


En conferencia de prensa realizada en Juliaca, los representantes de la Coordinadora Nacional Unitaria de Lucha (CNUL) consideraron como exitosa la ‘Toma de Lima’ llevada a cabo durante la segunda quincena del pasado mes de julio.


En la segunda asamblea de la CNUL, se acordó implementar una nueva jornada nacional de lucha para este 12 de octubre. Además, tomarán medidas de protesta el 7 y 9 de diciembre. Se prevé que esta nueva ‘Marcha de Lima’ convoque a las 24 regiones del país, donde cada zona deberá aportar un contingente del 1% de su población. Por otro lado, el representante de la CNUL, el radical Lucio Callo Callata, se pronunció en contra de los alcaldes puneños que se reunieron con Dina Boluarte, previo a la ‘Toma de Lima’. Frente a ello, manifestó que se reunirán con los representantes de comunidades y centros poblados.


Al respecto, la exparlamentaria por Puno, Alejandra Aramayo, explica cómo es la dinámica política y académica puneña en el contexto de estas nuevas protestas. 


—¿Cómo ve los conflictos en Puno? Se identifica como puneña, aunque también arequipeña. 

Soy puneña pero más que eso soy arequipuneña. Muchos puneños hemos migrado. Es una migración forzosa. Nadie se va de casa porque quiere. La salud y el acceso a los servicios ha sido un determinante en mi caso y en el de muchos otros. Las cifras así lo confirman. Por eso mi oferta política para llegar al  Congreso fue la salud, la falta del acceso a esta tocó la puerta de mi hogar trágicamente. Eso me comprometió y trabajé el tema de la salud hospitalaria para que los niños accedan a estudiar desde el hospital o la casa y así no dejen de ser competitivos por están enfermos y sin educación. Hoy es una ley.


—¿Volverá Arequipa o el sur a tener un congresista de derecha? Usted fue la última. Pareciera que la derecha abandonó Puno.

No, como van no lo creo, no ha habido un estudio serio de la recomposición social del sur. Yo fui parlamentaria luego de 15 años como profesional independiente, “nueva en política”, han pasado dos procesos electorales y no lo logran. Llevé 5 mil votos de diferencia al segundo en lista que gozaba de todos los recursos económicos. Los partidos de derecha han abandonado el sur. Ningún candidato de la derecha va a Puno, Cusco o Arequipa. El sur los atemoriza, salvo RLA que hace visitas privadas muy cortas y de bajo impacto, nadie va en segunda vuelta, Se nos ve como intransigentes, “no te metas con los aimaras”. No se explica cómo siendo Alberto Fujimori uno de los presidentes que más obras hizo en el sur, nadie haya protegido su capital político. 

—¿Y no hay cierta intransigencia?

Es tan difícil comprender que son años de olvido y postergación. Desde el 2004 con la muerte de Cirilo Robles Callomamani, alcalde de Ilave, se ha ido radicalizando la protesta. Parece que levantar la voz no es suficiente. En Puno la gente muere de frío. Hemos sido tantas veces traicionados por Toledo y su promesa de cambio. Él, Ollanta y Pedro Castillo obtuvieron hasta el 57% del caudal electoral y no han resuelto ninguno de los problemas estructurales de una clase ciudadana que sobrevive al frío y la indiferencia. Sí pues, como dijo Dina Boluarte, Puno no es el Perú. Nuestros indicadores de desarrollo humano están por debajo de la ratio nacional. De desempleo, de anemia… Y el sentimiento es que estamos solos. No tenemos una voz. 

Pero no permitir izar la bandera es una falta de civismo y amor a la patria que podría ilustrar su conflictividad. 

Es cierto, los símbolos patrios han sido despalazados por himnos y cánticos de protesta, de llanto que une a los “desposeídos” en contra de una estructura que ha fracasado. Chiabra está equivocado, la peruanidad se siente de diversas formas, piensan que todo es plano, Puno está besando el cielo a 3820 m.s.n.m., una ciudad que danza gran parte del año, que nos amalgama: un canto. Un reclamo. No hay una política expresada en una acción de gobierno que, de acuerdo a la diversidad cultural, integre a los pueblos. La mejor empezar a hacerlo es proveerlo de servicios básicos. 

Entonces Puno es una región impenetrable.

Puno tiene aliados. Toda esa clase media de emprendedores que resisten desde la Cámara de Comercio, La Asociación de restaurantes, los hoteleros, los patronatos, los que quieren seguir viviendo de sus esfuerzos individuales y a los que el Estado les da la espalda. Invertir allá es una actividad de alto riesgo. Nadie quiere hacerlo. Se necesita una zona franca, una zona de tratamiento especial en el que los tributos sean ponderados en los estándares de pobreza y conflictividad de la región.

En conferencia de prensa realizada en Juliaca, los representantes de la Coordinadora Nacional Unitaria de Lucha (CNUL) consideraron como exitosa la ‘Toma de Lima’ llevada a cabo durante la segunda quincena del pasado mes de julio.

¿Y quienes son los adversarios de Puno?

Es una respuesta compleja. El Estado en todos sus niveles se pierde en su ineficiencia y pérdida de propósito. Como los gobernadores regionales electos de hace 20 años atrás, todos de la izquierda: Walter Adiviri, Hernán Fuentes, Mauricio Rodríguez, Agustín Luque Chayña. Este  último no “quiere” hablar con las autoridades nacionales. El rector de la Universidad Nacional del Altiplano también es de izquierda y tiene pretensiones políticas, al igual que sus antecesores, Lucio Avila y Juan Luque, quienes tienen agendas personales sobrepuestas a la necesidad real del que consideran el ciudadano de tercera categoría. No es un cliché: el 2021 Puno tuvo el más alto nivel de pobreza  (8 puntos arriba) y pobreza extrema del Perú. Para darte datos más actuales, a febrero de este año la anemia en Puno es de 70.4%. No hay precedente más alto.

¿Cómo así un rector tiene más poder que un gobernador regional?

Por su capacidad de convocatoria, por su autonomía presupuestal y por su estabilidad laboral. En la capital está la sede gubernamental, pero su capital comercial es Juliaca. Esta segunda capital es la que ha puesto autoridades y gobernadores regionales. Por ejemplo, el exrector de la Universidad Andina es el ex gobernador regional de Puno, Néstor Cáceres Velásquez. En el otro extremo, en la región aimara, tienes al rector de la Universidad Nacional del Altiplano, que es Paulino Machaca, quien también tiene intereses políticos. Entonces tienes en Puno un poder político que se sostiene desde la academia. Las universidades manejan casi 100 mil alumnos y la infraestructura civil más importante de la región. 

—¿Y qué propone usted?

No se puede generar cambios con una estructura burocrática y anquilosada. No hay planificación ni estudios de 7 regiones del país, ni de cómo funcionan sus DIRESAS (Dirección Regional de Salud) y GERESAS (Gerencia Regional de Salud), un caos. La volatilidad de sus funcionarios es altísima. Algunos están en el cargo 7 días o 23 días. Su ejecución de gasto es mala. Y peor la calidad de la misma. He presentando los hallazgos de esta investigación al Ministerio de Salud y a sus viceministros proponiendo un perfil directivo subnacional en salud. Cuando referimos a la gestión estamos hablando de competencias. Hoy hay un fondo de más de S/. 60 millones para mejorar su élite profesional, pero creo que esto no es suficiente. Hay que re centralizar salud y educación. Te lo digo como una ferviente creyente de la descentralización. Un paso atrás permitirá fortalecer las competencias en otros sectores, evitar la narrativa cesionista que crece y enarbolar la idea de separar el sur, Puno, Moquegua, Cusco e incluso Arequipa, para formar una entidad política independiente. La gente clama por salud y no le importa qué nivel de gobierno se lo provea. Creo que la presidenta Dina Boluarte tiene que quitarle a los gobiernos regionales la salud y la educación. Hoy el Estado tiene un nivel de ejecución de 20%. Es decir, 7 puntos por encima de los gobiernos sub nacionales, en donde parte de los males son el clientelismo y el compadrazgo. Si es que no sienten acciones, ya vendrán lamentablemente varios capítulos más de la Toma de Lima, que es la materialización de como se utiliza las necesidades genuinas de los peruanos con fines políticos. 

—¿No cree que su propuesta es por lo menos polémica? 

Qué bueno. Es momento de detenernos a conversar y repensar los problemas estructurales del país. Porque se oyen voces como la de Virgilio Acuña o Antauro Humala, quienes ofrecen el Federalismo como la solución de los males. Y no lo es. Nuestro país es unitario y descentralizado. 

La descentralización es parte de un proceso irreductible. Mi planteamiento pasa por plantearle a la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales fortalecer su gestión, ejecutar aquí el gobierno nacional. Poner, vamos a decir, un equipo de destrabe para 18 sectores producción y minería a pequeña escala, pesca, trabajo, etc. Cuando tus indicadores estén en azul, vemos educación y luego salud en tanto eso ocurra vamos paso a paso fortaleciendo el proceso. 

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