Cuando la congresista presentó en septiembre su Proyecto de Ley 5953 sobre cine peruano, el gremio local de cineastas y productores nacionales manifestó sus críticas. Al respecto, CARETAS brindó su punto de vista, valorando los aportes de la Ley 26370, promulgada vía Decreto Supremo en 2020 durante la gestión presidencial de Martín Vizcarra. Lo cierto es que la Ley vigente —no importa quién la haya firmado, se trataba de una iniciativa que venía discutiéndose por años y que fue debatida en el Congreso y que ha propiciado ver lo que antes no: 70 películas peruanas por año, a saber— protege la identidad del cine peruano. Sin embargo, Tudela incorporó a su discurso dos elementos sensibles, que silenciaron los gritos de furia que condenaban la naturaleza de su propuesta: la corrupción y el sesgo ideológico al momento de distribuir los estímulos económicos (aspecto también abordado en la nota de CARETAS). Por ello, CARETAS conversó con Eduardo Guillot, el director de Caiga quien caiga (2018) y La pasión de Javier (2019). Es decir, un cineasta que conoce el éxito de taquilla (la primera) y el reconocimiento fílmico (la segunda).
—¿Qué piensas del Proyecto de Ley de Adriana Tudela?
La congresista Tudela está confundida. Gestionar esta Ley tomó muchos años, desde la época de Armando Robles Godoy. En América Latina somos realizadores independientes. Si no tienes un mínimo de subsidio del Estado, que en realidad es tan mínimo, no puedes hacer una película. Con Caiga quien caiga logré tener productores independientes, pero sin haber tenido un estímulo para distribución de mi película, no la hubiera podido distribuir. El Ministerio de Cultura apoya con una mínima parte que es fundamental. Yo acabo de ganar un estímulo con mi proyecto El largo camino de Castilla, basada en la novela homónima de Eduardo González Viaña. Es una primera base, de ahí debo construir todo un financiamiento y he logrado una coproducción con Brasil, que es una industria altamente desarrollada.
—Tras leer el Proyecto de Ley y respetando lo que debe proteger una Ley de Cine, como que lo comercial barniza a la propuesta. ¿Coincidimos?
Ella habla del Film Commission, que no tiene nada que ver con el Ministerio de Cultura ni con DAFO. Es un organismo que facilita a las producciones que vienen al Perú, pero lo más importante que se ha logrado en los últimos tiempos en el mundo hoy es lo que se llama el tema impositivo. Tienes elementos taxativos que benefician al productor. Por ejemplo, Colombia tiene un incentivo tributario que es otra cosa que no tiene nada que ver con los productores independientes de cada país, sí con los que vienen a apostar, porque tienen estos incentivos que ayudan directamente a la industria cinematográfica. Se tiene que hablar con los funcionarios del MEF y explicarles que el cine trae dinero, trabajo y desarrollo para el sector. En los 90, trabajaba para una cadena, con la hacíamos Corín Tellado, competíamos con Argentina y con Chile. Colombia era incipiente, hoy Colombia compite México y Argentina por estos estímulos crediticios que tiene. Lo que no ha entendido Tudela es que son cosas totalmente distintas. Va a hacer que la producción independiente compita con las producciones extranjeras que tienen un financiamiento gigante. Es una aberración. En ningún país del mundo ocurre algo así, cuando las producciones extranjeras invierten, se les da el incentivo tributario del 25 por ciento. Hace un tiempo me contrataron para hacer una producción en Brasil y al productor le dije que en Brasil está sumamente caro. Le recomendé filmarla en Uruguay, que te da un 25 por ciento. Uruguay es un país pequeño, pero ha logrado desarrollar su industria.
—Tú eres uno de los más mencionados por La pasión de Javier.
Hay una narrativa generada por un grupo. Siempre me mencionan con La pasión de Javier porque creen que es una película comunista. Lo de Javier Heraud sucedió en Perú en un momento determinado de la historia, no puedes decir que es una película hecha por un comunista, como me han acusado en algún momento, que estoy haciendo apología. Hay un fundamento político en todo este Proyecto. Busca que no se escriba la memoria del Perú. Caiga quien caiga es el retrato de lo que fue la dictadura de Fujimori con Montesinos. No podemos tocar ciertos temas. Eso es censura. No podemos regresar a la Edad de Piedra.
—Hace poco dieron estímulos económicos. Salieron beneficiados Francisco Lombardi y Salvador del Solar. Esto ha generado controversia. ¿Cómo es esta dinámica?
Me he presentado tres veces con mi última película. He perdido dos veces, habiendo ganado en España el Ibermedia. Ese es otro punto que no se entiende. Lombardi compitió en la categoría de Tercer largometraje a más, dirigido a quienes ya han realizado por lo menos dos largometrajes. Por su parte, Del Solar compitió en la categoría de Nuevos realizadores, para quienes van a hacer una ópera prima o han hecho solo una película. Es una falta de entendimiento. Del Solar tiene un solo largometraje y tengo entendido que se ha presentado por segunda vez. Ha ganado justamente.
—¿En cuanto al cine regional?
Para desarrollar el cine regional se han dado una serie de facilidades para que los cineastas entren a competir. Se ha hecho un concurso regional para este fin. Pero se han dado casos en donde algunos realizadores de Lima fungían como si fueran de provincias. Hay cosas por corregir en esta Ley, pero si se retira, tomará mucho tiempo recomponer una Ley que viene mejorándose. Para mí, hay que fortalecer a los jurados internacionales y los reglamentos de los concursos, es la única manera de que no exista ningún viso de poca claridad y poca transparencia. Yo he rechazado ser jurado porque competían personas ligadas a mí directamente. No sería honesto presentarme como jurado. Pero eso no lo hace todo el mundo.
—Entonces, sí hay favoritismo.
Si hacemos una evaluación del Ministerio de Cultura y DAFO, y lo comparamos con otros Ministerios, es honesto. Pero si Tudela se basa en la corrupción para criticar la Ley vigente, primero debe darse cuenta del Congreso en el que está. Atreverse a derogar una Ley como la que hay, es fascismo. La cultura está siendo atacada.
—La idea del Proyecto partió de la idea de dinamizar la economía.
Tudela no entiende lo que es el cine, una política cinematográfica. Ha confundido papas con camote. Ella no se ha reunido con nadie. Junto con algunos realizadores hemos planteado que un grupo se acerque y le explique a Tudela qué es una Ley de Cine. Cree que con lo que da DAFO va a hacerse una película. Está muy equivocada. La pasión de Javier me tomó cuatro años hacerla y me quedé sin dinero hasta el final. Si no tenía coproducción con Portugal no hacía la película.
—Se indica que hay un aliento ideológico de izquierda. Ese es otro punto de crítica por parte de Tudela.
El cine independiente en el mundo siempre está con el desvalido. Veamos Chile, un país cercano. La dictadura y el abuso de los derechos humanos; los más de 30 mil desaparecidos en Argentina. El cine rescata la memoria de los más dañados, de las víctimas. Pero hay películas como Retablo que toca temas que ocurren en la sierra de nuestro país. Mi última película es sobre el mejor presidente que ha tenido el Perú. No abordan temas que atacan a la derecha o la izquierda. No hay una orquestación ideológica como sí la hay en quienes atacan y buscan censurar esta Ley. ¿Todos los jurados nos hemos puesto de acuerdo para favorecer películas de izquierda? No tiene sentido. Hagamos una lista de los premios ganados y hay una diversidad de historias. Mencionan solo cuatro películas a las que les dan todo el día Aldo Mariátegui y Beto Ortiz.
—Otro punto: Tudela señala que esta Ley no se debatió.
Esa Ley ya se había debatido, solo que no había salido. Se debatió hasta el cansancio. Lo que pasa es que no salió en esa legislatura. Tudela está dando declaraciones falsas. Nadie había objetado esa Ley. Tudela ha logrado un afán de protagonismo generando esta discordia. Es su caballito de batalla en su carrera política, se va a convertir en la mujer que ha abolido una Ley que ha demorado más de 20 años en hacerse. Como está este Congreso, se pueden tumbar la actual Ley de Cine.
—Está claro que el Congreso no está preparado para debatir este Proyecto. Sobre la actual Ley, ¿qué habría que mejorar?
Hay muy pocos premios para largometrajes y se debe mejorar el tema de los jurados internacionales. Lograr que DAFO consiga acuerdos de coproducción con diferentes países, pero eso va a llegar. Toma mucho tiempo. El cine de América Latina es un cine independiente. No somos Hollywood. Tudela cree que las películas peruanas deben ser como en Hollywood. Colombia tiene acuerdos de producción con Francia, Chile los tiene con Canadá.
—Se ha minimizado el valor de los estímulos.
Sin ese fondo de estímulos, Wiñaypacha no existiría. Es un cine peruano. El cine muestra muchas realidades, con documentales y ficciones. Hay injusticia en el Perú, hemos tenido conflictos y abusos. Aún no se ha contado todo de la guerra de Sendero y de lo que hicieron Fujimori y García, hasta Belaúnde, en sus gobiernos. Se quiere borrar la memoria.
—¿Sientes que la cultura en Perú está en peligro?
Desde hace mucho está en peligro. Solo veo enfrentamiento y una orientación a destrozar lo que se ha creado. No valoramos ni a los escritores, ni a los músicos, por ejemplo. Veo que la prensa no juega un papel vital y está anulada, está como un trompo.
(Gabriel Ruiz Ortega).