Cuando se escucha de Fabiola de la Cuba, los melómanos piensan en “majestuosidad”. Un repaso a su trayectoria, arroja una evidencia: su pasión por los grandes espectáculos. A saber, el próximo 31/10, ofrecerá el concierto El altar del Sol en el Teatro Municipal, el cual contará con 400 artistas que plasmarán los ritmos y melodías de todas las regiones del Perú.
Así es Fabiola.
Pero ¿qué hay detrás de todo este andamiaje? Sin duda, un eficiente equipo de trabajo, pero también un modo de ver la vida.
“Seguramente, mi pasión por los grandes espectáculos se deba a que soy arquitecta de profesión, me gusta estar atenta a todos los detalles, soy muy perfeccionista. Desde niña sentí una inclinación por la música y la danza, quería dedicarme a la música y lo que me gusta más es el proceso que se vive antes de cada show. Sueño con los espacios, en darle el color preciso, esa geometría descriptiva como me enseñaron en la carrera”, dice Fabiola, cuya voz denota un carácter fuerte.
“No me considero una persona ambiciosa, pero el carácter ayuda, sobre todo cuando trabajas con tantas personas, pero en mi vida privada soy muy sencilla: tengo una hija y soy una mujer sola, me gustar estar sola, ser libre en mis decisiones. Había mucho prejuicio por ser una mujer sola, pero ahora creo que esa ha sido la mejor decisión de mi vida, imagino que gracias a mi carácter. No necesito de alguien a mi lado, me basta y sobra con mis gatos. No niego que más adelante tenga un compromiso, pero de momento pienso en los espectáculos, en toda la riqueza de nuestra música. Lo que quiero mostrar al público no lo puedo hacer en pequeños formatos”.
Simplemente, Fabiola de la Cuba.