La inteligencia artificial (IA) es la gran promesa de la transformación empresarial. Su irrupción en el mundo corporativo ha sido comparada con la llegada de la electricidad o el internet, pero ¿realmente está revolucionando las empresas como se esperaba? Un estudio global de la consultora Vivaldi revela una brecha significativa entre la expectativa y la realidad: mientras el 75% de los ejecutivos cree que la IA cambiará radicalmente su sector, solo el 10% ha visto resultados significativos.
EL MITO DE LA ADOPCIÓN TOTAL
La IA ya está en muchas empresas, pero en su mayoría solo se usa para tareas operativas: mejorar la productividad (46%), automatizar procesos (39%) o refinar productos existentes (31%). Solo un 16% de las compañías está utilizando IA para innovar en sus modelos de negocio y apenas un 9% la ha empleado para generar nuevas fuentes de ingresos. En otras palabras, las empresas están aprovechando la IA para hacer más eficiente lo que ya existe, pero no para crear lo que podría existir.
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EL PODER DE LA DUALIDAD: CLIENTES Y NEGOCIO
Las compañías que han logrado avances significativos con la IA han comprendido su “Superpoder de Dualidad”: deben usarla no solo para optimizar operaciones internas, sino también para generar valor real para sus clientes. Esto implica diseñar estrategias basadas en una comprensión profunda de la demanda y de las interacciones clave entre la empresa y su público. La IA no es solo una herramienta de automatización; puede redefinir la relación entre marcas y consumidores.
BARRERAS PARA EL DESPEGUE
El estudio identifica los principales obstáculos que frenan la implementación efectiva de la IA:
- Resistencia organizacional: El 86% de las empresas reporta barreras culturales y falta de preparación interna para adoptar IA.
- Falta de conocimiento: Casi la mitad de los ejecutivos admite no estar familiarizado con el potencial real de la tecnología.
- Priorización de beneficios a corto plazo: La mayoría de las inversiones en IA buscan mejoras inmediatas en eficiencia en lugar de transformación estructural.
LA PIRÁMIDE DE LA ADOPCIÓN
El informe de Vivaldi clasifica la adopción de IA en tres niveles:
- Optimización de tareas y productividad: Uso de IA para automatizar procesos y mejorar la eficiencia.
- Reinvención de procesos y flujos de trabajo: Implementación de IA en experiencias personalizadas y modelos de interacción más sofisticados.
- Diseño de nuevos modelos de negocio: Empresas que usan IA para generar valor de forma innovadora, estableciendo ventajas competitivas sostenibles.
Mientras que el 66% de las empresas se encuentra en el primer nivel, solo un 23% ha explorado seriamente el potencial del tercer nivel.
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LA VISIÓN DE LOS EXPERTOS
Según Mauricio Andújar, socio de Vivaldi Group en Perú, la IA está siendo subutilizada y desaprovechando su capacidad innovadora: “Las empresas la están usando para mejorar procesos, pero no la ven como un vehículo de transformación estructural. Hay una brecha inmensa entre su despliegue y su verdadero potencial”.
Andújar advierte que muchas compañías están sobrevalorando los beneficios a corto plazo y subestimando su impacto real: “Hoy, solo el 10% de las empresas usa la IA para mejorar procesos críticos de manera significativa y apenas el 9% ha explorado su potencial para generar nuevas oportunidades de negocio”.
Para Andújar, la clave está en dejar de ver la IA solo como una herramienta de eficiencia y empezar a considerarla un cambio sistémico: “Es un nuevo alfabeto. La IA debe centrarse en áreas donde pueda optimizar procesos clave, superar a la competencia y crear ventajas sostenibles. Aquellas empresas que solo la usen para eficiencia competirán en la misma liga, pero las que la utilicen para redefinir su propuesta de valor cambiarán las reglas del juego”.
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CÓMO APROVECHAR EL VERDADERO VALOR DE LA IA
Para que la IA deje de ser una moda pasajera y se convierta en un motor real de crecimiento, las empresas deben:
- Mapear la demanda y momentos clave del cliente: Identificar en qué puntos del ciclo de vida del consumidor la IA puede marcar la diferencia.
- Definir impulsores de valor: Analizar qué aspectos de la organización pueden beneficiarse más de la IA.
- Priorizar oportunidades estratégicas: Enfocarse en iniciativas que maximicen tanto la eficiencia interna como la experiencia del cliente.
- Implementar con visión de largo plazo: Desarrollar un enfoque sistemático en el uso de la IA, más allá de proyectos aislados.
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CONCLUSIÓN: UN RETO EMPRESARIAL, NO SOLO TECNOLÓGICO
La IA no transformará las empresas por sí sola. Su impacto dependerá de cómo las organizaciones logren integrarla en su estrategia de negocio, superando las barreras culturales y comprendiendo su verdadero potencial. Como lo advierte el informe, “Las empresas que usen IA solo para eficiencia competirán en la misma liga; aquellas que la utilicen para redefinir su propuesta de valor cambiarán las reglas del juego”.