Una estrella se apaga en las montañas de Utah. Robert Redford, uno de los nombres más influyentes del cine estadounidense, falleció este martes a los 89 años, según confirmó The New York Times. Su muerte marca el fin de una era en Hollywood, una que él mismo ayudó a moldear durante más de seis décadas como actor, director, productor y ferviente defensor del cine independiente.
¿Qué deja atrás una leyenda como Redford?
El deceso ocurrió en su residencia ubicada en las afueras de Provo, Utah, un lugar que eligió como refugio personal y creativo. Según el comunicado de su publicista, Cindi Berger, Redford murió mientras dormía, “en paz, rodeado de sus seres queridos, en el lugar que más amaba”. La causa específica de la muerte no ha sido revelada hasta el momento.
Más que una figura de la pantalla grande, Redford fue un arquitecto de nuevas formas de hacer cine. Su legado no se limita a su aclamada carrera como intérprete, sino que también incluye su impulso vital al cine independiente estadounidense a través del Sundance Institute, fundado en 1981.
El rostro de una generación
Nacido como Charles Robert Redford Jr. en Santa Mónica, California, en 1936, inició su carrera actoral en la televisión durante los años 60. Su ascenso a la fama fue meteórico tras protagonizar Butch Cassidy and the Sundance Kid (1969), al lado de Paul Newman. Con esa cinta, no solo se consolidó como uno de los rostros más reconocibles de la contracultura cinematográfica estadounidense, sino que también encarnó un nuevo tipo de héroe: carismático, introspectivo y rebelde.
Durante las décadas siguientes, protagonizó una sucesión de películas icónicas: El golpe (1973), El gran Gatsby (1974), Los tres días del Cóndor (1975), El jinete eléctrico (1979) y África mía (1985), entre otras. Su presencia magnética en pantalla definió el estándar de elegancia masculina durante buena parte del siglo XX.
Un director premiado y una visión alternativa del cine
En 1980, Redford debutó como director con Gente como uno (Ordinary People), una obra profundamente humana que le valió el Oscar a Mejor Director. Fue el inicio de una nueva etapa en su carrera, donde demostró tener una mirada aguda y sensible tras las cámaras.
Más adelante dirigió cintas como El río de la vida (1992) y Quiz Show: El dilema (1994), esta última nominada a Mejor Película y Mejor Dirección en los Premios de la Academia. Su estilo, centrado en los matices emocionales y la crítica social, contrastaba con el espectáculo dominante en Hollywood.
Su consagración llegó en 2002 cuando recibió el Oscar Honorífico, en reconocimiento a su impacto artístico y su labor como impulsor de nuevas generaciones de cineastas.
Sundance: la revolución desde las márgenes
Si hay un aporte de Redford que cambió el panorama cinematográfico global, fue la creación del Sundance Institute. En una época dominada por los grandes estudios, Redford apostó por una plataforma dedicada al cine independiente, donde voces emergentes pudieran desarrollar y mostrar sus obras.
El Festival de Cine de Sundance, que nació de este esfuerzo, se convirtió en un fenómeno cultural y comercial, revelando talentos como Quentin Tarantino, Steven Soderbergh, Chloé Zhao, Damien Chazelle y Greta Gerwig, entre muchos otros.
Redford concibió Sundance como una “respuesta” al sistema, y lo convirtió en semillero de innovación narrativa y estética. Su visión ayudó a redefinir qué significaba hacer cine en Estados Unidos.
¿Qué hace eterno a un actor?
A lo largo de su carrera, Redford recibió decenas de premios, entre ellos el BAFTA, tres Globos de Oro, el Premio del Sindicato de Actores y el del Sindicato de Directores. Su magnetismo traspasó generaciones: desde dramas políticos hasta thrillers, romances y películas independientes.
Incluso en sus últimos años, se mantuvo activo en la industria. En 2014 sorprendió al público al interpretar al villano Alexander Pierce en Capitán América: El Soldado de Invierno, rol que repitió brevemente en Avengers: Endgame (2019). Su despedida formal del cine fue con Un ladrón con estilo (2018), aunque tuvo una participación vocal posterior en 2020.
Un legado que trasciende la pantalla
Robert Redford no solo fue un actor o director. Fue un pensador crítico, un ambientalista comprometido y un defensor del arte como herramienta de transformación. Su vida representa la convergencia entre celebridad y conciencia social, entre fama y compromiso con causas más profundas.
Hoy, el mundo del cine pierde a una de sus figuras más respetadas, pero su legado vive en cada historia contada por aquellos que encontraron su voz gracias a él.