Desmitificando el Vapeo

Por Marce Rosales | La verdad detrás del creciente fenómeno del vapeo: una mirada cruda a los riesgos ocultos tras las voluminosas nubes de vapor. ¿Moda o peligro real? Expertos opinan.

por marcerosalescordova@gmail.com
Vapeo

El vapeo se ha convertido en un fenómeno global, enganchando a millones de usuarios con la promesa de ser una alternativa más saludable al tabaco tradicional. Sin embargo, detrás de las nubes aromáticas, la vibra cool de su publicidad y los coloridos dispositivos que se asemejan a caramelos y juguetes, se esconde una realidad preocupante que amenaza la salud de quienes lo practican, especialmente de los más jóvenes.

Una Alternativa Fallida

“El vapeo no es una terapia efectiva para dejar de fumar”, declara sin rodeos el Dr. Hebert Cuenca, neumólogo de la clínica Respira Vida. “Muchas personas, buscando escapar del daño que causa el cigarrillo, optan por vapear, pero esta práctica a menudo las lleva de vuelta al cigarro”. Esta afirmación es respaldada por numerosos estudios que muestran que los vapeadores terminan regresando al tabaco tradicional en una proporción alarmante. La idea de que vapear es una alternativa segura es, según el doctor, una ilusión peligrosa.

La situación se agrava cuando se examinan las consecuencias sanitarias del vapeo. “Existen afecciones respiratorias agudas, como la bronquitis, y potenciales efectos crónicos que aún no se pueden cuantificar plenamente debido a la novedad del fenómeno del vapeo”, explica Cuenca. La historia nos advierte con ejemplos como el del cigarrillo, inicialmente considerado beneficioso para la salud respiratoria, sólo para revelarse más tarde como un causante principal de cáncer pulmonar.

Riesgos Invisibles

Uno de los aspectos más preocupantes del vapeo es la presencia de sustancias cancerígenas en los líquidos utilizados. “Aunque se cree que en estado líquido no son nocivas, al vapear estas sustancias se combustionan y combinan, produciendo compuestos potencialmente peligrosos”, advierte el doctor.

Particularmente alarmante es la creciente popularidad del vapeo entre los menores de edad. “Muchos adolescentes creen que vapear no hace daño, pero esto los pone en el camino hacia el cigarro tradicional”, afirma Cuenca. La facilidad con la que los jóvenes acceden a estos dispositivos y la percepción errónea de que son inofensivos es una combinación peligrosa.

Juguete Peligroso

Pedro Salazar, gerente de marketing de Vape Station, defiende el uso de vapeadores como una opción para adultos responsables. “Los vapes surgieron como una alternativa para aquellos que buscan dejar el cigarro tradicional, aunque la mayoría contiene nicotina”, explica. Sin embargo, reconoce que la clave está en el uso consciente y responsable, una responsabilidad que parece demasiado grande para los adolescentes.

Salazar enfatiza la política de la tienda de vender exclusivamente a mayores de 18 años, un control que consideran esencial. “Solicitamos el DNI para verificar la identidad y edad de nuestros clientes, asegurando que solo mayores de edad puedan comprar”, asegura. Sin embargo, las medidas preventivas no siempre son suficientes para frenar la curiosidad juvenil, un factor que contribuye significativamente al problema.

La perspectiva del Dr. Cuenca y la postura de Salazar encuentran un terreno común en un punto crucial: los vapeadores no son juguetes. “El pensamiento de que los vapes son como caramelos o juguetes es una gran mentira. Son dispositivos que liberan sustancias nocivas para la salud”, sentencia Cuenca. Las coloridas presentaciones y sabores atractivos no deben engañar a nadie; detrás de la fachada se esconde un riesgo tangible.

Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), el uso de cigarrillos electrónicos no es seguro para niños, adolescentes ni adultos jóvenes. La nicotina, presente en la mayoría de estos dispositivos, es altamente adictiva y puede afectar el desarrollo cerebral hasta los 25 años. Además, los ingredientes del aerosol pueden ser perjudiciales para los pulmones a largo plazo. Estos riesgos son amplificados por la falta de regulación y el atractivo mercadeo de estos productos.

La Trampa del Sabor

Los sabores juegan un papel crucial en la atracción de los jóvenes hacia el vapeo. Un estudio mostró que la mayoría de los adolescentes que usan cigarrillos electrónicos comenzaron con variedades saborizadas, siendo los sabores de frutas y golosinas los más populares. Esta estrategia , junto con el menor costo en comparación con los cigarrillos tradicionales, ha impulsado significativamente el uso de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes.

Además, la promoción de estos productos en medios prohibidos para la publicidad de tabaco convencional, como la televisión, y en redes sociales, ha facilitado su popularidad. La curiosidad, la presión social y la percepción de que el vapeo es una opción más segura, se combinan para crear una tormenta perfecta que amenaza la salud de una nueva generación.

Llamado a la Precaución

El panorama presentado por el Dr. Cuenca y Pedro Salazar, junto con las advertencias de instituciones como el CDC, deja claro que el vapeo no es una alternativa inofensiva. Los riesgos para la salud son reales y, en muchos casos, desconocidos en su totalidad. La responsabilidad recae tanto en los adultos como en las políticas de regulación y educación para prevenir que más jóvenes caigan en esta trampa.

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