En medio de una creciente ola de homicidios, extorsiones y sicariatos, el ministro del Interior, Carlos Malaver, advirtió que el Perú atraviesa un punto crítico en materia de seguridad ciudadana. Durante una conferencia de prensa, el funcionario hizo un repaso histórico de las principales amenazas que enfrentó el país en las últimas seis décadas y subrayó que la criminalidad actual se caracteriza por un nivel de brutalidad nunca antes visto.
“Extrañamos a nuestros delincuentes”, declaró Malaver en tono irónico, al comparar las bandas del pasado con las actuales. Según el ministro, antes los robos eran cometidos con menor violencia, pero hoy “primero te matan y después te roban”, reflejando el nuevo modus operandi de las organizaciones criminales.
¿Por qué se ha incrementado la violencia?
El titular del Interior explicó que nuevas modalidades delictivas se han instalado en el país, muchas de ellas introducidas por bandas extranjeras. Sin mencionarlas directamente, Malaver reconoció que el ingreso de estas organizaciones ha generado un espiral de homicidios y ataques armados en varias regiones.
“No me refiero a la totalidad, pero sí a una gran manifestación de criminalidad que vino de las afueras”, advirtió. Expertos en seguridad ya habían alertado sobre la expansión de organizaciones como Los Choneros y Los Lobos, que operan desde Ecuador y se han vinculado a minería ilegal, narcotráfico y extorsiones en el Perú.
Deficiencias logísticas y brechas históricas
El ministro reconoció que la Policía Nacional enfrenta serias carencias logísticas para enfrentar esta ola criminal. Faltan vehículos, armamento, tecnología e infraestructura para contener la expansión del crimen organizado.
Aunque el Ejecutivo destinó recursos a las zonas declaradas en emergencia, como el VRAEM y Pataz, donde persisten ataques ligados al narcotráfico y rezagos del terrorismo, Malaver admitió que los esfuerzos son insuficientes.
“Estamos comprometidos en cerrar brechas, pero el número de fusiles, cámaras y equipos aún está muy por debajo de lo ideal”, señaló.
Migración, extorsión y sicariato: un cóctel explosivo
Malaver enfatizó que las bandas criminales transnacionales no solo trafican armas y drogas, sino que importaron nuevas modalidades de violencia. En varias regiones, los ataques armados y las extorsiones a comerciantes, transportistas y empresarios se han vuelto cotidianos.
En ciudades como Trujillo, Chiclayo, Piura y Lima, el sicariato se ha convertido en un problema crítico. Tan solo en los últimos meses, se han reportado asesinatos a plena luz del día y ataques con explosivos contra negocios, evidenciando un deterioro alarmante de la seguridad pública.
¿Qué medidas se están tomando?
Frente al asesinato reciente de un chofer de transporte público en Lima, Malaver explicó que el Ministerio del Interior coordina con el Ministerio de Transportes y gremios del sector para reforzar la seguridad. Entre las medidas planteadas destacan:
- Instalación de cámaras de vigilancia en los corredores de transporte.
- Operativos aleatorios a cargo del Escuadrón Verde, el grupo Terna y las Águilas.
- Uso de tecnología para compartir información en tiempo real con las empresas de transporte.
Sin embargo, reconoció que la Policía no puede cubrir todos los vehículos de manera permanente.
Un país en estado de alerta
La frase “primero te matan y luego te roban” se ha convertido en un reflejo del temor ciudadano. La percepción de inseguridad alcanza niveles históricos y la población exige respuestas inmediatas del Estado.
El desafío es doble: contener la expansión del crimen organizado y, al mismo tiempo, fortalecer las capacidades logísticas de la Policía para recuperar el control de las calles.
Mientras tanto, regiones como Loreto, La Libertad, Piura y Puno siguen bajo la amenaza de bandas armadas que combinan el tráfico de drogas, la minería ilegal y la trata de personas.