El geólogo Miguel Cardozo preside la Cumbre Minera Perumin de este año, que se desarrollará en Cerro Juli, Arequipa, entre el 25 y 29 de setiembre. Con casi medio siglo de experiencia en tareas de exploración minera, lideró los equipos que descubrieron yacimientos tan importantes como Yanacocha y Galeno. Hoy es presidente y CEO de la junior de exploración Alturas Minerals Corp.
–¿Qué acento tiene Perumin 2023?
El eslogan lo resume: Inversión, que genera bienestar y desarrollo sostenible. Es una herramienta para hacer crecer la economía, apoyando el desarrollo sostenible de largo plazo. Tenemos ejemplos claros de lo que el sector busca. Uno es asumir la Transición Energética de una manera activa. No es lo mismo tener un proyecto en marcha y cambiar la energía que hacerlo cuando recién empieza, como lo ha hecho Quellaveco. Otro ejemplo, últimamente en Moquegua se han dado pasos importantísimos en cuanto a las posibilidades de la región y su desarrollo en el largo plazo.
Allí hay dos proyectos mineros que aportan los tributos necesarios y se invierten de forma adecuada, controlada, ajustada, bien pensada y honesta. Es un desarrollo basado en el conocimiento del territorio. Para conocer el país, conozcamos en cada región sus ventajas, desventajas, su competitividad y sus necesidades. Cada región se tiene que integrar con su entorno porque las hemos con vertido en islas cuando deberían ser parte de un engranaje mayor, macro regional y transversal al país.
“Las empresas están obligadas moral y conceptualmente a ser parte del proceso de desarrollo”
-¿Cómo enmendar la situación de conflictividad asociada al sector y no seguir perdiendo oportunidades?
Es uno de los factores fundamentales. La enorme desigualdad del país, con altos niveles de pobreza, es lamentable. El 40 % de niños entre 6 y 35 meses tiene anemia. Los condenamos a un futuro poco propicio para su desarrollo. Son todos problemas vinculados a estas brechas de carácter social, que son en parte resultado de una ejecución inadecuada de las inversiones. Los proyectos públicos son tan difíciles de sacar adelante como los mineros y los privados. En esos territorios donde el Estado no favorece a la población, el reclamo es a las empresas. El reto está en cambiar esos esquemas de inversión por otros muchísimo más consensuados que hagan uso adecuado de ese conocimiento sobre las características de cada región y plantee beneficios para todos. Es la única manera en que vamos a tener un país cohesionado.
“Se aprobó el proyecto Zafranal y la extensión de Inmaculada. Pero no la reposición de Antamina”.
–¿Esto pasa por replantear la descentralización y reconcentrar la toma de decisiones de manera más integral, por ejemplo, desde la PCM?
La responsabilidad del desarrollo del país es del Estado. Pero las empresas están obligadas moral y conceptualmente a ser parte de ese proceso. Hay enormes cantidades de obras por impuestos que han beneficiado a millones de peruanos. El problema es que requerimos de un liderazgo unitario desde el gobierno, con una dirección concreta y clara. Y la PCM dirige al Consejo de Ministros. Es obvio que no actúan unitariamente y que hay discrepancias. Es obvio que hay funcionarios que miran los permisos y al sector minero de manera distinta. Los proyectos brownfield ya trabajan sobre una huella ambiental conocida pero igual te retrasan 4 o 5 años para sacar un permiso para expandir la vida de una unidad ya productiva. Y los proyectos de exploración que no tienen ningún impacto importante sobre el medio ambiente también demoran hasta 5 años para obtener un permiso. Si miramos la producción actual de cobre vemos que solo dos regiones tienen dos proyectos importantes produciendo, que son Cusco y Moquegua. El resto tiene un solo proyecto. ¿Qué va a pasar cuando se acabe? La minería representa el 30% del PBI regional en Ancash, más del 70 % en Apurímac.
–Mencionó la transición energética, donde el cobre es la estrella y para la que el Perú tiene otros metales necesarios. ¿Se nos va el tren?
Hay dos cosas acá. Primero, la industria minera no es la que emite más carbono. Sin embargo, a nivel global ha asumido la responsabilidad de que sus operaciones sean carbonos neutrales, y esto es importante porque hay que dar el ejemplo también. Pero, por el otro lado, lo que usted dice Enrique es muy cierto. Nuevamente pasa el tren frente a nuestras narices y parece que no estamos interesados en subir a él, y que hay partes del Estado que no lo entienden. Es la ineficiencia llevada, digamos al máximo nivel. Ahora sí hay que decirlo: si esta vez se nos pasa el tren, no sé si va a haber otra oportunidad.
Evento se desarrolla en Cerro Juli entre el 25 y el 29 de setiembre.
–El actual ministro dijo que iban a acelerar la tramitología. ¿Hay algún resultado?
Hace algunos meses se aprobó el proyecto Zafranal y la extensión de Inmaculada. Pero, por ejemplo, no sale la reposición de Antamina. Es la exageración. Un proyecto con una huella ambiental conocida hace más de 20 años y necesitamos otros 5 para entenderlo. Lo único que estamos haciendo es cometer errores que ya han cometido en otros países. El ejemplo más claro es el de Bolivia y el gas. En el primer trimestre del año las inversiones en el sector bajaron 19% en el Perú.
“En Moquegua se han dado pasos importantísimos en cuanto a las posibilidades de la región”.
–¿Dónde está hoy el principal cuello de botella? ¿En una organización en particular como OEFA?
Son un conjunto de organizaciones, como ANA y OEFA. Hay problemas, contradicciones y hasta demoras innecesarias. La conclusión simple es que no están siendo eficientes en hacer su trabajo. Al Perumin hemos invitado a nuestro país aliado, Canadá, para que hagan un foro sobre cómo trabajan en obtención de permisos con aseguramiento de estándares y calidad en todos los proyectos. Es la experiencia de Natural Resources Canada, que apoya a las empresas para que los proyectos salgan más rápido. Es el Estado el que asume la tarea de ayudar. En cambio, muchos actores del mundo ligados a la exploración tienen el deseo de invertir en el Perú y siempre nos ocupamos de que esta inversión sea difícil.
–La transición energética también obligaría a explotar el petróleo antes de que sea reemplazado. ¿Qué opina de la situación actual con Petroperú?
No es que la empresa sea estatal o privada, sino que tiene una historia poco elogiosa, lo que hace dudar de sus capacidades para llevar la inversión que requiere. Empresas tan exitosas como Codelco están ahora en crisis y es por la falta de previsión sin duda. No exploró nuevos yacimientos y ahora le quedan minas muy profundas de muy alto costo. Por eso hablamos de largo plazo.
“Canadá expondrá sobre obtención de permisos con alto aseguramiento de estándares”.
–Chile le subió los impuestos al cobre ¿Perú se puede beneficiar?
Si hubiéramos tenido una política minera adecuada durante las dos últimas décadas, no interrumpidas a la mitad como pasó con el gobierno del señor Humala, probablemente estaríamos en un nivel de producción de cobre muchísimo más alto, por lo menos en 4 millones de toneladas, acercándonos a Chile que está en 5 millones. Con esos problemas ahora Chile por lo menos se va a estancar. Pero todo lo que produzcamos de manera adicional va a ser bienvenido por el mercado. La demanda por lo menos se va a duplicar para 2035. Habrá mercado para todos y el que no lo aprovecha pierde.
–¿Tía María todavía tiene futuro?
Tía María está en un valle cuyos productos se venden en el mercado local porque no se pueden exportar. Hay contaminación de actividad volcánica en la parte alta. Ese valle necesita agua limpia y el proyecto original incluía la represa de Paltiture. ¿Por qué se opusieron? Pienso que hubo un componente político muy grande.
La mina está a 4 kilómetros de distancia del valle. Hay una oposición y sabemos que están conversando. Es otra de las situaciones absurdas.
“Hay que decirlo. Si esta vez se nos pasa el tren, no sé si va a haber otra oportunidad”.
–No se han promovido las energías alternativas como se deberían y casos como Quellaveco demuestran que así se podría sacar el agua de la discusión minera.
Los gobiernos peruanos nunca apoyaron las energías alternativas como la geotérmica porque implicaban inversiones grandes y costos más altos. Si sube el precio de la energía se genera inflación.
Tuvimos el gas, pero no progresó como debía. También se complicó el tema de las plantas hidroeléctricas. Sí, al final tuvimos energía más barata que nuestros vecinos, pero bloqueamos el desarrollo de las energías limpias. Hemos cancelado el futuro por no pensar en el largo plazo.