Por: ROBERTO OCHOA BERRETEAGA
“Así como Cusco celebra el Inti Raymi y ese mismo día en Andahuaylas festejan el Sondor Raymi, aquí también reverenciamos al sol con una gran fiesta el próximo 21 de junio”, nos dice el ingeniero César Dávila, en alusión a la convocatoria para el XI Inti Raymi 2025 que tendrá como escenario el fundo La cosecha del futuro, en Jauja.
Los organizadores la tienen bien clara cuando afirman que, en el Tahuantinsuyo, la fiesta para celebrar el solsticio de invierno no solo se realizaba en Cusco, ombligo del mundo. También era celebrada en cada uno de los cuatro suyos. Como sabemos, Jauja formó parte del Chinchaysuyo y su ubicación fue estratégica como epicentro de la cultura Chanka y como la primera capital del Perú, fundada por el propio Francisco Pizarro. En el ínterin, fue el inca Pachacútec quien inició la conquista de esta región en una campaña militar tan ardua y sangrienta que fue terminada por su hijo y sucesor, Túpac Inca Yupanqui.
Para Dávila, el Valle del Mantaro debe ser rebautizado como el “Valle Sagrado del Chinchaysuyo”, que va desde Huancayo hasta Tarma y con Jauja en medio del valle. Sus antepasados se remontan a las culturas Chanka, Hatum Xauxa y Tarma. Su prestigio creció durante el virreinato y la república como la “despensa de Lima”, por la cualidad sanadora de su clima y por la tenacidad e inteligencia de su próspera población. En su extremo norte, el lago Junín, también llamado Chinchaycocha, fue escenario de una batalla decisiva en el proceso de emancipación.

“La región central siempre fue el principal productor y abastecedor de la más variada reserva alimentaria. De las 90 mil toneladas de papa andina que en promedio ingresaron durante el mes de abril último al gran Mercado Mayorista de Lima, por lo menos el 60 por ciento proceden de la región central, aparte de los demás productos andinos como choclo, olluco y otros tubérculos. Así como frutas como la naranja, piña, entre otros; todas procedentes de la selva central de Chanchamayo y Satipo”, sostiene el ingeniero Dávila, organizador del Inti Raymi en Jauja.
Hace once años, Dávila y un pequeño grupo de colaboradores impulsó la celebración del Inti Raymi en el fundo ubicado en las afueras de la ciudad de Jauja. Tuvo tan buena acogida que hoy en día se ha convertido en uno de las festividades de mayor atractivo turístico. Por si fuera poco, con el paso de los años se ha complementado con otras fiestas andinas: el Qhapac Raymi el día 21 de diciembre (solsticio de verano). El Yacu Raymi –fiesta del agua- para conmemorar el equinoccio de otoño (21 de marzo). Y el Qocha Raymi, cada 21 de septiembre (equinoccio de primavera).
El ingeniero Dávila fue alcalde de Jauja, pero es más conocido por el fundo La cosecha del futuro, célebre por ser pionero en la denominada “siembra y cosecha de agua”. Se trata de un proceso agrícola que consiste en la recolección de agua de lluvia en cochas y con un sistema de cultivo y riego inspirado en los andenes. Fue así como logró transformar tierras eriazas en todo un emporio de producción agropecuaria.
“El fundo es un centro de conservación de la biodiversidad de ocas, ollucos, mashuas, quinuas, tarwi y papas nativas. También de especies forestales nativas como el colle, quinual, chahacomo, aliso y quisuar. Ahora es un centro de conservación de aves y animales silvestres como venados y zorros”, nos dice el Ingeniero Dávila. Agrega que el fundo también se ha convertido en un centro de capacitación con la metodología aprender-haciendo: “en dos días podrán aprender de la siembra y cosecha de agua in situ, con profesionales expertos en el diseño de predios hasta la comercialización de los productos obtenidos”, asegura Dávila.
Por su parte, los turistas que participen en el Inti Raymi el próximo 21 de junio también podrán conocer los últimos proyectos de cultivo y conservación de maíz nativo, la cría de camélidos sudamericanos (llamas y alpacas) y de plantas medicinales como la muña, pachasalvia, anís nativo, ortigas, sachamuña, llanten puntaja, entre otras.
TAN CERCA Y TAN LEJOS
Si se cumplen las promesas del MTC, este 15 de junio será la reapertura del aeropuerto de Jauja, facilitando así el acceso de turistas procedentes de Lima. Por tierra también se llega siguiendo la carretera central o por la ruta del alto Cañete: siguiendo la Panamericana Sur hasta Cerro Azul se sigue por Cañete hasta Lunahuaná, desde donde se asciende hasta la Reserva Paisajística Nor-Yauyos Cochas. A la altura del desvío a Laraos (de Yauyos) la carretera continúa hasta Chupaca, Huancayo y Jauja.
La huella que dejaron los primeros agricultores del Hatun Xauxa están registradas en un sinnúmero de monumentos arqueológicos distribuidos a lo largo y ancho del valle del Mantaro. Entre los principales, figura el sitio arqueológico de Huajlasmarca, con sus 310 construcciones de piedra en buen estado de conservación, rodeado de murallas que terminan en sendos y profundos abismos.
Hatun Malca (Gran Ciudad), restos de un típico poblado Xauxa Huanca, posee patios y pasadizos ceremoniales y construcciones circulares rodeada de muros defensivos. Auquimalca (Pueblo viejo); una de las ciudades de la nación de los Xauxas. Se dice que cuando el Inca Túpac Yupanqui conquistó el Valle de Yanamarca (hacia el año 1450) tras una heroica resistencia de la población local, esta ciudad fue la última en rendirse. Shutuymarca, o “pueblo que gotea” es un centro arqueológico de la etnia Wanka ubicado en el distrito de Acolla. Comprende chullpas de dos pisos. Según las tradiciones locales, aquí guardaban los cuerpos de los “auquis” o sabios ancianos, los que eran sacados periódicamente por sus descendientes para venerarlos. Tunanmarca, llamada también Siquillapucara, fue la Hatun Xauxa (Jauja grande), a la que se sindica como la capital de la nación wanka. Este pueblo, igual que el anterior, fue la última ciudad en rendirse ante el conquistador cusqueño.


