Justicia exprés en Lima Sur: sentencian hasta 8 años de cárcel a dos autores de robo agravado

Poder Judicial aplica terminación anticipada y emite condenas en menos de 72 horas en casos de flagrancia.

por Edgar Mandujano

La lucha contra la inseguridad ciudadana se ha convertido en una urgencia nacional y, esta semana, la Unidad de Flagrancia de Lima Sur marcó un nuevo precedente al dictar sentencias efectivas en menos de 72 horas contra dos acusados por robo agravado. Los procesados, identificados como Román Ramses Gutarra Céspedes y Fernando Arturo Matos Resurrección, se acogieron a la figura de la terminación anticipada, mecanismo que permite acelerar el proceso penal a cambio de aceptar los hechos imputados. La decisión reafirma la apuesta del Poder Judicial por una justicia rápida, eficiente y orientada a proteger a las víctimas.

¿Qué resolvió la Unidad de Flagrancia de Lima Sur?

La resolución, emitida en procesos distintos pero bajo la misma modalidad de flagrancia, impuso 8 años de prisión efectiva para Román Ramses Gutarra Céspedes y 6 años de cárcel efectiva para Fernando Arturo Matos Resurrección. En ambos casos, el Ministerio Público sustentó la gravedad del delito, la evidencia inmediata obtenida tras la intervención policial y la peligrosidad que representan estos actos en zonas donde los índices de robo continúan en ascenso.

El mecanismo de flagrancia permite que los casos donde los detenidos son intervenidos in situ —o inmediatamente después del delito— ingresen a un circuito especial de procesamiento acelerado. Así, la justicia puede actuar sin los tiempos prolongados del sistema regular, lo que, según voceros del Poder Judicial, reduce la impunidad y envía un mensaje directo a quienes cometen delitos en las calles.

¿Por qué se aplicaron penas distintas?

Aunque ambos fueron procesados por robo agravado, las circunstancias específicas determinaron variaciones en sus condenas. La terminación anticipada, al implicar aceptación de responsabilidad, permite una reducción de pena; sin embargo, esta no es uniforme, pues dependerá de factores como:

  • Modalidad del robo
  • Violencia empleada
  • Condiciones de la intervención
  • Antecedentes penales
  • Daño causado a la víctima

En el caso de Gutarra Céspedes, el Ministerio Público demostró mayor grado de agresividad y riesgo para la víctima, lo que elevó el rango de pena. En el caso de Matos Resurrección, aunque el delito se configuró como agravado, la participación tuvo un peso menor y eso derivó en una condena ligeramente reducida.

¿Qué impacto tiene este tipo de sentencias rápidas?

Para el Poder Judicial, estas decisiones representan un avance fundamental en la lucha contra el delito en zonas críticas. La rapidez del proceso —menos de tres días entre la intervención y la sentencia— es, para las autoridades, una prueba de que la justicia puede ser eficiente sin sacrificar garantías procesales.

Además, voceros del sistema señalaron que estas resoluciones fortalecen la confianza ciudadana, un aspecto duramente golpeado por años de percepciones de impunidad y lentitud. La ciudadanía exige respuestas inmediatas frente al avance de la delincuencia, y la jurisprudencia de flagrancia se presenta como una herramienta concreta para lograrlo.

La terminación anticipada también permite ahorrar recursos al Estado, liberar carga procesal y evitar que los expedientes se acumulen en los despachos judiciales. A cambio, el imputado obtiene una reducción en su condena y evita pasar por un juicio oral. Sin embargo, el elemento clave sigue siendo la captura en flagrancia, sin la cual este circuito especializado no podría actuar.

¿Qué sigue para fortalecer la justicia inmediata?

Pese a los avances, aún quedan desafíos. Entre ellos, la habilitación de más unidades de flagrancia en otras regiones, el fortalecimiento de la articulación entre la Policía Nacional y el Ministerio Público en las primeras horas de detención, y la capacitación permanente a operadores de justicia.

Especialistas consultados con frecuencia por este tipo de casos coinciden en que la celeridad debe ir acompañada de criterios uniformes, de modo que las sentencias emitidas bajo este sistema reflejen proporcionalidad y respeto al debido proceso. Asimismo, destacan la importancia de que la ciudadanía conozca cómo opera la flagrancia para entender por qué algunos procesos pueden resolverse en tiempo récord.

Un mensaje directo contra el delito

Las condenas de 8 y 6 años enviadas a prisión en tan corto plazo ilustran la prioridad que le ha dado el sistema judicial a los delitos que afectan de manera directa la seguridad de las calles. Para la Unidad de Flagrancia, cada sentencia rápida no solo cierra un caso, sino que reitera el compromiso institucional de responder con firmeza al incremento de robos y agresiones contra ciudadanos.

Con este tipo de decisiones, el Poder Judicial busca consolidar un modelo de justicia inmediata, capaz de enfrentar la delincuencia con herramientas modernas, procesos simplificados y resultados concretos. La premisa es clara: quien comete un delito grave en flagrancia será procesado y sentenciado sin demoras injustificadas.

Las próximas semanas serán clave para evaluar si este modelo puede replicarse con mayor alcance y si continúa mostrando resultados que reduzcan la percepción de impunidad y fortalezcan la seguridad en los distritos del sur de Lima.

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