Javier Llaque, quien recientemente dejó su cargo como jefe del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), reaccionó ante la fuga de un interno en el penal de Lurigancho, asegurando que no se trata de una crisis penitenciaria. En entrevista con Al Final del Día de Canal N, Llaque defendió el trabajo del personal de seguridad y aclaró que el incidente no refleja un colapso del sistema carcelario. Según él, las fugas son excepcionales y no deben generalizarse.
El exjefe del INPE explicó que el penal de Lurigancho fue entregado al INPE en 2017, tras una fuga ocurrida en la gestión policial. Desde entonces, no se había registrado otro escape, lo que demuestra que, a pesar de las vulnerabilidades, el control dentro de las cárceles se mantenía. “Una fuga no implica una crisis en todo el sistema penitenciario”, afirmó. Incluso, recordó que el año pasado hubo otra fuga, pero en un hospital, no en el penal.
Llaque también reconoció las limitaciones del sistema penitenciario, como el hacinamiento y la falta de recursos, pero destacó el esfuerzo y compromiso del personal de seguridad, a quienes calificó de “héroes anónimos”. Rechazó las críticas que han politizado el tema, señalando que el personal sigue trabajando de manera efectiva, pese a las dificultades.
Finalmente, el exjefe del INPE adelantó que se implementarán nuevas medidas para mejorar la seguridad en los penales. Hizo un llamado a evitar que este incidente se convierta en una herramienta política y reiteró su confianza en el sistema penitenciario, que, aunque imperfecto, sigue trabajando para mantener el control.