Jóvenes al frente de la protesta
El Perú se prepara para un paro nacional el próximo 15 de octubre, convocado principalmente por la Generación Z y el Bloque Universitario, a los que se han sumado sindicatos y gremios de transporte. La movilización, anunciada en redes sociales bajo el lema “El pueblo no se rinde”, busca denunciar la falta de liderazgo político y la incapacidad del Estado para enfrentar la crisis de inseguridad ciudadana, corrupción e impunidad.
Los colectivos juveniles señalan que el atentado armado contra Agua Marina en Piura, que dejó varios heridos, refleja el avance del crimen organizado y el abandono de las autoridades frente a la violencia. Este hecho, sumado a los asesinatos de transportistas y el incremento de extorsiones, se convirtió en el detonante de la nueva jornada de protesta.
Universitarios y transportistas en una misma causa
Los estudiantes de las universidades San Marcos, Villarreal, Agraria y la PUCP confirmaron su participación en la marcha, recordando que el pasado 7 de octubre ya salieron a las calles denunciando lo que llaman una “dictadura civil con aval del Congreso”. Su mensaje es claro: “Salimos porque nos están matando, porque el miedo no puede ser la normalidad”.
A la convocatoria también se sumaron los gremios de transporte, como Asotrani y la Alianza Nacional de Transportistas, que demandan la derogatoria de la Ley N.º 32108 —que modifica normas sobre crimen organizado— y la declaratoria de emergencia del sector transporte. Aunque anunciaron su participación el 15 de octubre, no descartan adelantar movilizaciones para el día 13.
El hartazgo frente al gobierno de Boluarte
En lo que va del año, más de 80 conductores han sido asesinados en Lima y Callao por mafias que controlan rutas y cobran cupos, según reportes policiales. Comerciantes, empresarios y hasta instituciones educativas también han denunciado amenazas y extorsiones. Para los organizadores del paro, este escenario es prueba de que el gobierno de Dina Boluarte ha perdido legitimidad y rumbo.
Las declaraciones recientes de la expresidenta no ayudaron a calmar la indignación. Boluarte pidió a los transportistas “no abrir mensajes” ni contestar llamadas de extorsionadores, lo que fue interpretado como un gesto de desconexión total con la realidad. Su silencio ante la convocatoria del paro ha reforzado la percepción de un Ejecutivo sin respuestas claras.
¿Será el 15 de octubre un punto de quiebre?
La gran interrogante es si el paro convocado por la Generación Z y los transportistas logrará convertirse en un movimiento nacional de protesta capaz de marcar un antes y un después en la crisis política y social. ¿Podrá la juventud movilizar a otros sectores del país y obligar a la clase política a dar respuestas concretas frente a la inseguridad y la corrupción?
El 15 de octubre pondrá a prueba la capacidad de articulación de esta nueva generación de líderes sociales y el nivel de descontento ciudadano frente a un Estado debilitado y una democracia cada vez más cuestionada.