La Dirección de Inteligencia (DIRIN) de la Policía Nacional del Perú se encuentra en el centro de la polémica tras la difusión masiva de documentos internos en un canal de Telegram, en lo que se ha denominado como “Dirin Leaks”. La filtración, ocurrida la noche del jueves 4 de septiembre, expuso datos sensibles de agentes encubiertos, reportes clasificados y planes de seguridad de altas autoridades, lo que ha encendido las alarmas sobre la vulnerabilidad de los sistemas estatales.
El colectivo Deface Perú se atribuyó el hackeo y aseguró haber accedido a identidades, códigos CIP, movimientos de ingreso y salida de agentes, así como circulares y credenciales de acceso. “Todos los sistemas de la DIRIN quedaron expuestos. Agentes, cargos, sedes, ingresos, salidas. Todas las bases de datos y miles de documentos clasificados desde su creación hasta hoy”, señalaron en un comunicado.
Entre los archivos liberados figuran planes de protección a la presidenta Dina Boluarte y a exmandatarios como Martín Vizcarra, Francisco Sagasti, Manuel Merino y Pedro Castillo. También aparecen informes sobre congresistas, periodistas y medios críticos al Gobierno, además de listados de agentes de contrainteligencia con sus respectivas asignaciones, lo que compromete directamente su seguridad.
El congresista Diego Bazán advirtió sobre la gravedad del caso: “Las organizaciones criminales incluso tuvieron acceso a los registros de los agentes encubiertos. Hoy podrían ejecutar a esos agentes”, alertó en su cuenta de X.

La versión oficial de la PNP
El comandante general de la Policía Nacional, Víctor Zanabria, descartó que haya ocurrido un hackeo a la información clasificada de inteligencia. En conferencia de prensa, sostuvo que los servidores están bajo resguardo en el Ministerio del Interior y que cuentan con sistemas de ciberseguridad tercerizados.
“No ha ocurrido un hackeo de información de inteligencia. Estos sistemas han recibido más de 31,000 ataques que fueron controlados. Además, este no es el sistema que aloja nuestras operaciones de inteligencia”, afirmó.
Zanabria aclaró que los planes operativos de la institución se desarrollan en físico, por lo que no pudieron ser vulnerados digitalmente. “Yo en 2019 he sido director de planeamiento operativo y nuestros planes siguen estando en papel. No entiendo cómo alguien se atreve a decir que estos planes han sido hackeados si su archivo sigue siendo físico”, enfatizó.
El general precisó que lo que sí se maneja en plataformas digitales es información administrativa, a la que pueden acceder numerosos policías mediante sistemas como Águila 6. Según explicó, este tipo de datos incluso puede solicitarse por transparencia. “Se habla de que se filtró la clasificación de agentes en sus trabajos, y eso es totalmente falso”, recalcó.
Asimismo, lamentó que malos elementos dentro de la institución hayan compartido información de forma indebida y adelantó que se realiza una auditoría para identificar al usuario que accedió a los registros administrativos filtrados. “Una vez encontrado el posible autor directo o indirecto, inspectoría general abrirá un procedimiento administrativo. Es una infracción muy grave que conlleva el pase al retiro del autor”, advirtió.
Reacciones y riesgos
El exjefe de la DINI, Danilo Guevara, señaló que, más allá de si fue un hackeo o una filtración interna, lo ocurrido revela “fragilidades y vulnerabilidades” en los sistemas de la Policía, exponiendo la identidad y los datos personales de agentes encubiertos.
Deface Perú, que ya había protagonizado ataques contra entidades locales y extranjeras, aseguró que su próximo objetivo sería la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), lo que eleva el nivel de alerta sobre la seguridad nacional.
Mientras tanto, la Policía Nacional aseguró que activó un plan de contingencia, suspendió los servicios comprometidos y continúa las investigaciones para identificar a los responsables y reforzar la ciberseguridad de la institución.