La Primera Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Ucayali confirmó el 25 de agosto la condena de 28 años y 3 meses de prisión contra los madereros ilegales Hugo Soria Flores, José Estrada Huayta y los hermanos Segundo y Josimar Atachi Félix. Todos ellos fueron hallados responsables del asesinato de los líderes asháninkas Edwin Chota, Leoncio Quintisima, Francisco Pinedo y Jorge Ríos, ocurrido en septiembre de 2014 en la comunidad Alto Tamaya-Saweto.
Además, el tribunal ordenó que la reparación civil a favor de las familias de las víctimas aumente de 50,000 a 100,000 soles, en reconocimiento a la condición de vulnerabilidad de las viudas asháninkas.
¿Qué delitos se les imputa y cuál es la pena?
La sentencia corresponde al delito de homicidio calificado por alevosía, que contempla penas que van entre los 15 y 35 años de prisión. Sin embargo, pese a la condena ratificada, ninguno de los sentenciados está detenido; todos permanecen prófugos.
Los condenados siguen libres: ¿Dónde están los responsables?
Rocío Trujillo, abogada de las familias agraviadas, denunció que a pesar de las órdenes de captura vigentes, Hugo Soria, José Estrada y los hermanos Atachi Félix no han sido detenidos. Los hermanos Atachi ni siquiera asistieron a la audiencia de apelación, mientras que Soria y Estrada participaron de forma virtual, lo que evidencia la dificultad de las autoridades para ejecutar las órdenes judiciales.
¿Qué motivó el asesinato de los líderes asháninkas?
El crimen se dio en el contexto de una fuerte confrontación entre comunidades indígenas y grupos dedicados a la tala ilegal en Ucayali. Los líderes asesinados se dedicaban a denunciar las actividades ilícitas de extracción de madera, que afectaban sus territorios ancestrales.
En 2013, Edwin Chota informó a la Dirección Ejecutiva Forestal y de Fauna Silvestre sobre la extracción ilegal de más de 800 trozas de madera. Desde entonces, él y otros dirigentes fueron víctimas de constantes amenazas.
La Fiscalía sostiene que los acusados planearon la emboscada en represalia a estas denuncias, y el testimonio de un colaborador protegido confirmó la planificación del asesinato.
¿Por qué no se captura a los sentenciados?
A pesar de la gravedad del caso y la sentencia firme, las autoridades judiciales y policiales no han logrado capturar a los responsables, lo que ha generado un fuerte reclamo de impunidad.
El caso Saweto simboliza la lucha de las comunidades indígenas por defender sus territorios y la ineficacia de las instituciones para garantizar justicia efectiva en zonas donde operan grupos criminales dedicados a la tala ilegal.
¿Qué impacto tiene esta impunidad para las comunidades asháninkas?
La falta de detención y sanción efectiva genera un clima de desprotección para las comunidades indígenas, quienes siguen enfrentando amenazas y la pérdida de sus recursos naturales. Además, la reparación económica, aunque aumentada, no compensa el daño social y cultural sufrido.
¿Cuándo se cerrará el capítulo Saweto?
A más de 10 años del asesinato de los líderes asháninkas, la justicia peruana aún no logra cerrar este capítulo. La sentencia ratificada es un avance jurídico, pero la impunidad persiste mientras los sentenciados continúan prófugos, dejando en evidencia las limitaciones del sistema para combatir la delincuencia ambiental y proteger a las comunidades indígenas.