“CARETAS salvó mi vida”: Volkmar Johannes Schneider-Merck, el alemán que puso contra las cuerdas al estafador nazi Federico Schwend en 1972

Volkmar Johannes Schneider-Merck y la portada de CARETAS que lo protegió de los nazis en Perú.

El alemán Volkmar Johannes Schneider-Merck llegó a Perú en 1968. Estaba casado con una bella peruana y trabajaba brindando clases de inglés en el ICPNA, el Instituto Británico, el colegio Abraham Lincoln y daba también clases particulares.

En febrero de 1970, Volkmar entró a trabajar en la Cámara de Comercio e Industria Peruano Alemana en calidad de subgerente. Era pues un trabajo que calzaba con su profesión de economista, se sentía valorado e iba a ganar un buen sueldo. Sin embargo, un mes después aparece en su oficina un señor que obedecía al nombre de Federico Paul Schwend.

“Era el famoso don Federico, del que me hablaban tantos limeños. Cómo no podía estar interesado, siempre he sido un aficionado de la historia moderna, en especial de la Segunda Guerra Mundial”, dice Volkmar sobre ese encuentro con Schwend hace 51 años.

Friedrich Schwend castellanizó su nombre a Federico cuando llegó a Perú en 1947. Dos años antes había sido capturado por los norteamericanos, con quienes canjeó su libertad a cambio de información que les permitió recuperar dinero. No era un alemán más. Schwend había participado en la Operación Bernhard, mediante la cual Alemania produjo y distribuyó millones de libras esterlinas con el objetivo de dinamitar la economía inglesa. En Lima era conocido por eso, pero también porque su hija Ingrid, en 1964, copó la portada de los diarios limeños por asesinar de cinco disparos a su amante, el conde español José Manuel Sartorius.

“Don Federico me invitó a los pocos días a su casa en Santa Clara y ahí conocí a toda su familia y amigos cercanos. Empecé a frecuentarlo y don Federico alardeaba de sus conexiones con el gobierno militar peruano. Él decía que estaba en condiciones de resolver cualquier tipo de problema”, señala Volkmar mientras muestra la edición 459 de CARETAS, que lo tiene a él en portada con este titular: ¿Por qué quieren matar a este hombre?

Para Volkmar, los nazis no asesinaron a Luis Banchero Rossi. (ARCHIVO CARETAS).

“Ese sujeto, aparte de engatusador, era un miserable. Se había hecho mi amigo con el fin de usarme para sus porquerías, sus estafas. En 1971 se promulgó el control de cambios y Federico me dijo que si alguien tuviera dificultad en conseguir moneda extranjera, él sería la persona que resolvería el problema”.

Volkmar tomó nota de lo dicho, hasta que en octubre de 1971 lo buscó una persona llamada Albert Galban, quien quería adquirir 10 mil dólares.

“Se lo conté a Federico y me dijo que sí podía hacer la operación. Galban le entregó a Federico 550 mil soles de la época mediante mi intermediación”.

Después de algunas semanas, Galban buscó a Volkmar y le dijo que aún no se le había depositado el dinero.

“Este sinvergüenza me dijo que había entregado el dinero al padre Aaron Silvester de los Adventistas del Séptimo Día porque necesitaban dinero para sus obras en Perú”.

Volkmar trató de buscar una solución, pero por más que lo intentaba, todos los caminos llevaban a una especulación cada vez más sólida: Federico Schwend le había mentido, “pero lamentablemente seguía confiando en él, y días después Federico me dijo que el verdadero nombre de Galban era Moisés Muhlbauer. Es entonces que me presenta al señor Klaus Altmann, gerente general de Transmarítima Boliviana, que me dice que este problema tenía solución. Pero era mentira, me estaban utilizando para siga trabajando con Schwend por mi cargo que tenía en la Cámara Peruano-Alemana. Pero me di cuenta tarde, ya había dudas sobre mí y corría el riesgo de perder mi trabajo”.

Enero de 1972.

Ese mes fue especial por los sucesos que ocurrieron, los más sonado fueron el asesinato del empresario pesquero Luis Banchero Rossi y también el destape de que Klaus Altmann Hansen era el carnicero Klaus Barbie, el exjefe de la Gestapo en Lyon y prófugo de la justicia francesa por la muerte de Jean Mulin, héroe de la resistencia francesa.

“En la edición de CARETAS 451 de ese mismo mes de enero, se puso al descubierto la identidad en Perú de Klaus Barbie, quien se hacía pasar por Klaus Altmann”.

M. Le Brun, el corresponsal de la Agencia France Press, entre Federico Schwend y Klaus Altmann/Barbie. Enero de 1972, en Casa de Schwend.. (ARCHIVO CARETAS).

Sobre el asesinato del magnate peruano, Volmark indica que “no creo que haya habido participación de exnazis en la muerte de Banchero, pero no te niego la satisfacción que me dio ver a ese par de “honorables hombres de sociedad” envueltos en este problema. Pero en marzo me buscó el periodista Herbert John y me  dijo que Federico me había señalado como sospechoso de un asesinato y entonces le conté todo a John, quien denunció a Schwend como lo que era: un delincuente”.

Herbert John le había relatado al juez José Santos Chichizola la situación de Volkmar, quien era un testigo vital en estas estafas que realizaban Schwend y compañía.

Barbie fugó del Perú en el Volkswagen de Volkmar.

“Santos Chichizola necesitaba una razón de peso para allanar la casa de Federico, entonces me autoinculpé, le di mi testimonio completo al juez. Se allanó la casa de Schwend, pero él ya había movido sus tentáculos. Me detuvieron y me pusieron en una celda con locos desnudos y asesinos, quizá para que no delatara más a Schwend, pero doy gracias a Dios de haber caído en las manos de la Guardia Civil. De todas maneras, mi vida corría peligro y es entonces que Enrique Zileri, su esposa Daphne y Doris Gibson me ayudan al ponerme en portada para que no me maten. Si sigo vivo es por CARETAS”.

Volkmar añade:

“Se quiso involucrar al embajador de Hungría en la fuga del Perú de Barbie, pero eso es falso. Barbie salió del Perú en febrero de 1972, por Desaguadero, con la ayuda del gobierno militar y con un Volkswagen de placa HH-CD 360 que le había vendido en 1971”.

(Gabriel Ruiz Ortega).

https://caretas.com.pe/medio-ambiente/amazonia-en-peligro-cual-es-la-verdad-sobre-la-deforestacion-en-peru-a-quien-beneficia-realmente/