Cinco presuntos integrantes de una red dedicada a la extorsión y homicidios por encargo fueron detenidos en un megaoperativo liderado por el Ministerio Público.
En una acción coordinada para enfrentar el avance del crimen organizado en Lima Este, la Primera Fiscalía Supraprovincial Especializada contra la Criminalidad Organizada logró la detención preliminar de cinco presuntos miembros de la temida banda ‘Los Capos del Crimen’, que operaba con violencia en zonas estratégicas de San Juan de Lurigancho (SJL), uno de los distritos más golpeados por la inseguridad en la capital.
El operativo, liderado por el fiscal Álvaro Rodas Farro, incluyó allanamientos simultáneos en viviendas de Huáscar y Canto Grande, donde esta organización habría consolidado su hegemonía a través de amenazas, extorsiones sistemáticas y asesinatos selectivos. Los detenidos fueron identificados como David Choque, Óscar Miranda, Pedro Niño, Hugo Ortiz y Luis Niño, todos ellos sindicados como miembros activos de la estructura criminal.
Régimen de miedo y control barrial
De acuerdo con la hipótesis fiscal, esta red impuso un sistema de cobro de cupos a comerciantes y empresarios locales, operando mediante un esquema piramidal con vigilantes armados, informantes y un aparato de inteligencia barrial. Las víctimas recibían llamadas o mensajes intimidatorios, y eran forzadas a entregar pagos periódicos bajo amenaza de muerte o represalias contra sus familias.
“La organización imponía su control con sangre y fuego. La población vivía bajo terror constante”, señaló una fuente del Ministerio Público, destacando la gravedad del caso por su nivel de violencia, planificación y capacidad operativa. Según la investigación, el grupo también estaría vinculado a homicidios por encargo, ejecutados para eliminar rivales o disciplinar a quienes se resistían a pagar.
Vecinos de las zonas intervenidas —consultados bajo reserva— confirmaron que vivían atemorizados por la presencia de individuos armados que “cobraban por todo”. Algunos negocios se vieron obligados a cerrar ante el temor de represalias. “Si no pagabas, ya sabías lo que podía pasar”, relató una de las víctimas, visiblemente afectada.
Crimen urbano en expansión
La estructura operativa de ‘Los Capos del Crimen’ se asemeja a la de una célula mafiosa urbana, con capacidad para infiltrarse en el tejido social y monitorear a las autoridades. Utilizaban redes de informantes para vigilar a sus víctimas, planificar ataques y evadir temporalmente los operativos policiales. Este patrón es parte de un fenómeno creciente: el crimen organizado urbano que se expande en los distritos periféricos de Lima.
Los delitos imputados a los detenidos incluyen extorsión agravada, asociación ilícita para delinquir y homicidio calificado, con penas que podrían superar los 30 años de cárcel. La Fiscalía ha solicitado la ampliación del plazo de detención preliminar para continuar con la formalización de la investigación preparatoria, que incluiría a otros miembros de la organización.
Este golpe forma parte de una serie de intervenciones dirigidas a desarticular bandas asentadas en Lima Este, donde se registra una alarmante escalada de violencia por el control de rutas comerciales, mercados, ferias y zonas de transporte informal. San Juan de Lurigancho, por su densidad poblacional y extensión territorial, se ha convertido en un terreno disputado por diversas organizaciones criminales.
Más detenciones en camino
Fuentes fiscales han confirmado que las investigaciones continúan y no se descartan nuevas detenciones en los próximos días. Se sospecha que ‘Los Capos del Crimen’ mantienen vínculos con estructuras delictivas en distritos vecinos como El Agustino y Ate, lo que podría revelar una red de conexiones interterritoriales propias del crimen organizado.
El caso vuelve a poner en agenda la urgencia de una estrategia integral para recuperar los territorios controlados por mafias locales. En medio del auge de extorsiones, homicidios y cobros ilegales, tanto el Ministerio del Interior como el Ministerio Público han reiterado su compromiso de actuar con firmeza y garantizar la presencia efectiva del Estado en los barrios más vulnerables.
La desarticulación de ‘Los Capos del Crimen’ representa un paso clave, pero también evidencia los desafíos estructurales que enfrenta el país frente a organizaciones delictivas que se mimetizan en entornos urbanos, aplican modelos de intimidación y reclutan jóvenes en contextos de abandono social. La lucha está en marcha, pero requiere continuidad, inteligencia operativa y decisión política.