Expertos avisan que la acción militar de EEUU contra los cárteles podría degenerar en una guerra interminable

Alertan de que son un enemigo bien preparado y recomiendan a EEUU que apueste en su lugar por la cooperación policial transfronteriza.

por Diana

MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) –

El grupo de expertos Soufan Group, especializado en política y seguridad internacionales, ha pedido a la Administración Trump que cese inmediatamente sus ataques militares contra la navegación del narcotráfico y cancele cualquier operación en preparación para atacar sus países de origen, como Venezuela, ante el riesgo que representa a futuro: una campaña sin fin contra un enemigo bien organizado y bien armado, capacitado para tomar represalias en suelo norteamericano.

En su evaluación de esta crisis, el Soufan Group destaca el papel predominante que ha adquirido el Ejército en la lucha contra las drogas de la segunda Administración Trump. Hay que recordar que el despliegue de fuerzas militares en suelo extranjero como Colombia o México “no es una novedad”. Es más: se trata de operaciones que han contado con el respaldo de administraciones tanto demócratas como republicanas. La diferencia residen en el hecho de que hasta ahora, “casi en su totalidad”, estas iniciativas han tenido un carácter consultivo.

Ahora, el método ha cambiado de forma tan radical que contradice la política instaurada por Trump durante su primer mandato. En 2017, Trump firmó la orden ejecutiva 13773, que declaraba la lucha contra los cárteles y las organizaciones delictivas internacionales como una cuestión sujeta a las decisiones de las agencias contra el crimen de Estados Unidos amparadas en legislación doméstica e internacional (como la Convención contra el Crimen Transnacional Organizado de Naciones Unidas).

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Esta orden ya no tiene validez en 2025. Ha sido reemplazada a efectos prácticos por una segunda orden, la 14157, un documento que designa a los cárteles y otras organizaciones criminales como grupos terroristas y se aparta del “carácter metódico” de su predecesora para, en su lugar, “inclinarse por una acción más inmediata y letal”. Es una orden con un lenguaje deliberadamente esquivo: nunca hace mención explícita al uso de fuerza militar, la misma que precisamente está empleando estos días.

Los expertos del Soufan Group recuerdan en su informe las graves consecuencias resultantes de emplear al Ejército como sustituto de la acción policial o, dicho de otra forma, de maximizar los recursos ofensivos para conseguir victorias decisivas contra amenazas complejos: datos de inteligencia poco fiables redundan en operaciones militares apresuradas; violaciones de soberanía acompañadas de enormes daños colaterales en forma de víctimas civiles, cuyos éxitos suelen ser puntuales pero van acompañados de la prolongación del conflicto, dada la imposiblidad de abordar las raíces del mismo.

Al equiparar a los cárteles con el nuevo terrorismo de principios del siglo XXI, como llegó a hacer el secretario de Defensa, Pete Hegseth, al comparar a los cárteles con Al Qaeda, Estados Unidos se expone a cometer las mismas equivocaciones vistas en Irak o Afganistán.

EL RIESGO DE ESCALADA

El Soufan Group avisa que estas operaciones podrían acabar degenerando todavía más en una “guerra irregular para la que Estados Unidos no está preparado” porque los cárteles del narcotráfico son un enemigo imposible de subestimar. Por un lado, además de los enormes recursos económicos que tienen a su disposición, buena parte de sus miembros disponen de formación militar o, como mínimo, en combate de guerrillas, lo que se traduce en acceso a artillería pesada y explosivos.

Por otro, y esta circunstancia debería preocupar especialmente a la Administración Trump, “todos estos cárteles se encuentran activos en los principales núcleos urbanos de Estados Unidos e incluso en zonas rurales.

Sumados todos estos factores, el Soufan Group determina que los cárteles estarían capacitados para ejecutar ataques a gran escala contra civiles en suelo estadounidense, por no mencionar su disposición para efectuar asesinatos selectivos contra agentes de las fuerzas de seguridad norteamericanas. De hecho, sobre algunos de ellos el narco ha publicado recompensas de hasta 50.000 euros por cabeza.

Las consecuencias de un conflicto abierto contra los cárteles no terminan ahí. El Soufan Group aventura una serie de repercusiones menos impactantes pero más amplias a nivel internacional, como la interrupción de las cadenas de suministro comerciales con México, el incremento del precio del petróleo debido a su campaña contra Venezuela, el incremento de producción de drogas sintéticas por grupos criminales estadounidenses, a largo plazo, la aparición de escisiones de estos cárteles que podrían, con el tiempo, convertirse en organizaciones más poderosas que sus predecesores. Escenarios para los que el pueblo estadounidense tampoco cuenta con la disposición adecuada, muy en parte por el escaso conocimiento que tienen de la realidad de la lucha contra las drogas.

UNA RESPUESTA CAUTA Y COORDINADA

Buena parte del problema de la guerra de Estados Unidos contra las drogas reside en que el producto que descansa en su epicentro es uno de los más demandados en el país. Cualquier iniciativa destinada a eliminar su suministro debe ir acompañada por otra complementaria para reducir su consumo. La “total eliminación” del primer aspecto, apunta el Soufan Group, el objetivo marcado en la segunda orden ejecutiva de Trump, solo tendrá un “efecto atenuante” porque ahora mismo sigue existiendo una “demanda sostenida de narcóticos en Estados Unidos. “El dinero manda”, zanja en este sentido el grupo de expertos.

Otro problema reside en que, en pos de esa “total eliminación” la Administración Trump corre el riesgo de escribir otro “torpe, en ocasiones miope y a veces desastroso” episodio de la historia de la política exterior norteamericana, de ahí que, antes de ejecutar la solución recomendada por el Soufan Group, hace falta actuar “de manera razonada, legal, ética y moral, guiada por unas razonables expectativas en caso de éxito”.

La solución que propone el grupo consiste en el retorno al trabajo policial internacional a través de la colaboración entre agencias de seguridad de los países interesados combinado con el respaldo a las instituciones de seguridad de aliados como México. “Los cárteles”, aduce el Soufan Group en este sentido, “son un problema del Estado mexicano”, pero ello no significa que tenga que combatir en solitario.

“El Ejército de Estados Unidos”, incide en este sentido, “está capacitado para desarrollar su cooperación con México aportando datos añadidos de inteligencia, así como logística y equipos, como viene ocurriendo desde hace mucho tiempo”

El caso de Venezuela, un estado hostil, es más delicado y el propio Soufan Group reconoce que la solución es más insatisfactoria: dado que las autoridades venezolanas “no van a cooperar con Estados Unidos para reducir la actividad de los cárteles en su propio suelo”, será necesario echar mano de la “cooperación internacional por tierra, mar y aire” para intentar cortar las rutas de suministro, sin recurrir en ningún momento a los ataques unilaterales que ocurren ahora por una mera cuestión ética y moral, dadas las nefastas consecuencias que contempla el grupo de expertos.

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