MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) –
El Comité de Investigación de Rusia ha elevado a 133 el número de fallecidos en el ataque del viernes contra la sala de conciertos Crocus City Hall en Moscú, según su último balance publicado esta mañana, conforme los servicios de Emergencia van extrayendo cuerpos sin vida de entre los escombros del recinto, incendiado por los atacantes.
“Durante la limpieza de los escombros en la sala de conciertos Crocus City Hall, el número de muertos como resultado del ataque terrorista ha subido hasta las 133 personas. Las operaciones de búsqueda continúan”, de acuerdo con el mensaje del comité, publicado en su cuenta de Telegram.
La agencia investigadora, en otro comunicado previo también publicado en este servicio de mensajería, ha achacado los fallecimientos a las heridas de bala provocadas por los responsables del ataque y a la asfixia por el incendio de la sala durante el atentado, que terminó por colapsar parte del techo y aplastar a las víctimas, 20 de las cuales han sido encontradas durante las últimas horas bajo los restos.
Con este nuevo balance, el atentado del viernes en el pabellón se convierte en el peor ataque terrorista en la Rusia contemporánea por encima de la crisis del secuestro, por parte de separatistas chechenos, de los asistentes del teatro Dubrovka en 2002, una tragedia que se saldó con 132 rehenes fallecidos tras una intervención sin paliativos de las fuerzas de seguridad rusas.
En lo que corresponde a los heridos, un nuevo balance del Ministerio de Salud de Rusia ha indicado que ahora mismo hay 80 hospitalizados por el atentado, entre ellos 13 personas en estado crítico y 25 en estado grave. Al menos cuarenta personas han tenido que ser operadas de urgencia a lo largo de esta pasada noche. Ocho heridos han recibido el alta en las últimas horas.
Mientras tanto, las fuerzas de seguridad seguirán a lo largo de este sábado, ya extintas las llamas, “con la inspección del recinto y la incautación de pruebas materiales” y el estudio de las grabaciones de las cámaras de circuito cerrado de televisión que captaron el tiroteo.
La agencia ha confirmado que los atacantes emplearon durante el atentado “un líquido inflamable para incendiar el local de la sala de conciertos” mientras disparaban a los espectadores con armas automáticas que “han sido descubiertas e incautadas por los investigadores”. Las llamas acabaron provocando el desplome de parte del techo del recinto.
Cabe recordar que el Servicio de Seguridad Federal de Rusia, el FSB, ha anunciado este sábado la detención de once personas presuntamente vinculadas al atentado — reivindicado en principio por Estado Islámico –, entre ellas cuatro supuestos responsables directos del ataque.
Por otro lado, el gobernador de la región de Moscú, Andrei Vorobiov, lleva horas visitando la zona del atentado y ha comparecido ya ante los medios para expresar su temor a que el número de víctimas pueda aumentar significativamente en las próximas horas según avanza el desescombro.
El responsable regional ha indicado en este sentido que la sala principal de conciertos del pabellón está completamente incinerada y los especialistas de rescate han tenido que efectuar “tareas de reconocimiento porque lo que queda del techo corre peligro de terminar de derrumbarse”.
“La situación ahora mismo es muy difícil”, ha indicado Vorobiov tras la visita que ha efectuado a un centro de atención levantado esta madrugada para atender a los supervivientes y a sus familiares mientras más de 700 efectivos, repartidos en 213 equipos, siguen con las tareas de búsqueda y salvamento.