El paro nacional de transportistas programado para este martes 4 de noviembre fue ratificado por el vocero de Transportistas Unidos, Martín Ojeda, quien anunció que la medida incluirá un “apagado de motores” y una “marcha moderada” en señal de duelo por los conductores asesinados en Lima y Callao. El dirigente aseguró que la protesta busca visibilizar la emergencia de inseguridad ciudadana que afecta al sector y exigir apoyo para las familias de las víctimas.
Una medida de duelo frente a la violencia
Durante una entrevista en el programa Prueba de Fuego de RPP TV, Ojeda explicó que la medida surge de la desesperación ante el aumento de crímenes que involucran a transportistas en plena vigencia del estado de emergencia.
“Lo que ha pasado es que en un mismo fin de semana, en pleno estado de emergencia, han fallecido dos conductores. Esto no puede continuar”, declaró el vocero, remarcando que el paro no busca confrontar al Gobierno, sino exigir resultados concretos.
La jornada de protesta incluirá el “apagado de motores” como símbolo de duelo y protesta. Según Ojeda, el acto representa “la pausa de un sector que se siente desprotegido y cansado de ser víctima de extorsiones, robos y asesinatos”.
“¿Qué acto es más simbólico si nosotros estamos muriendo?”, cuestionó el dirigente, visiblemente indignado por la falta de respuestas a los compromisos asumidos por el Ejecutivo.
Reclamos y acuerdos incumplidos
El gremio de Transportistas Unidos recordó que el pasado 9 de octubre, durante la gestión de Dina Boluarte, se firmó un acta con siete compromisos para mejorar la seguridad del transporte público y regularizar beneficios laborales. Sin embargo, “ninguno ha sido cumplido”, señaló Ojeda.
Entre las demandas principales se encuentran:
- Programas de apoyo social y becas educativas para los hijos de los conductores fallecidos o heridos.
- Refuerzo de la seguridad policial en rutas críticas de Lima, Callao y regiones.
- Atención psicológica y económica a las familias afectadas por la violencia.
“Estas familias han quedado abandonadas. No pedimos privilegios, pedimos justicia y protección, porque la seguridad del ciudadano es un principio constitucional”, enfatizó el dirigente.
¿Cómo será el paro del 4 de noviembre?
Martín Ojeda precisó que la protesta del martes será pacífica y que se ha coordinado con las autoridades para evitar bloqueos o enfrentamientos.
“No debe ser un acto de vandalismo, sino un acto de pasión y dignidad. Pedimos que la Policía sea comprensiva y que no haya represión”, indicó.
El gremio aseguró que no buscará llegar al Centro de Lima, con el objetivo de evitar infiltraciones de grupos radicales. La movilización será moderada, pero se espera que impacte en rutas estratégicas del transporte urbano y de carga en Lima y Callao.
Según fuentes del sector, varias asociaciones de transportistas interprovinciales y de carga pesada evalúan sumarse simbólicamente al paro en señal de solidaridad, aunque sin detener totalmente sus operaciones.
Inseguridad y extorsiones: el trasfondo del conflicto
El incremento de la violencia contra conductores ha encendido las alarmas en el gremio transportista. En lo que va del año, decenas de choferes y cobradores han sido asesinados por bandas dedicadas a la extorsión, que exigen “cupos” para permitir el libre tránsito de las unidades.
Lima Norte, Callao, San Juan de Lurigancho y Ate son algunas de las zonas más golpeadas por estos delitos, donde los transportistas denuncian que ni el estado de emergencia ha frenado los ataques.
El paro del 4 de noviembre se convierte así en un llamado de atención al Ejecutivo y al Ministerio del Interior para reforzar las estrategias de seguridad ciudadana y cumplir los compromisos asumidos con el sector transporte.
Ojeda evalúa postular a cargo político
Al ser consultado sobre su posible vinculación política, Martín Ojeda reconoció que está afiliado al partido Avanza País y no descartó una futura candidatura parlamentaria.
“Podría ser senador”, afirmó, aunque aclaró que su actual prioridad es “luchar por los derechos de los transportistas y por las familias que hoy lloran a sus muertos”.
Una protesta que busca ser escuchada
El llamado “apagado de motores” no pretende paralizar totalmente el transporte público, pero sí enviar un mensaje contundente al Gobierno y a la ciudadanía: el sector transporte vive una crisis de seguridad sin precedentes.
El próximo martes 4 de noviembre será una jornada clave para medir el alcance de la movilización y la capacidad del Estado para responder a las exigencias de un gremio golpeado por la violencia y el abandono.