El primer ministro Eduardo Arana rechazó con firmeza el reciente izamiento de una bandera colombiana en el distrito de Santa Rosa, ubicado en la región Loreto, reiterando el compromiso del Gobierno peruano para defender la soberanía nacional y mantener el orden en la zona fronteriza. Este incidente, ocurrido el 11 de agosto de 2025, ha generado una ola de reacciones en el ámbito político y social, mientras la diplomacia entre Perú y Colombia permanece en un momento de alta tensión.
¿Qué sucedió en Santa Rosa?
El lunes 11 de agosto, sujetos desconocidos colocaron la bandera colombiana en territorio peruano, un acto que fue reportado por pobladores locales y captado en video. Las imágenes muestran a los responsables intentando retirarse rápidamente en una embarcación, pero fueron interceptados por habitantes de Santa Rosa, quienes alertaron a la Policía Nacional del Perú (PNP) y autoridades municipales. La bandera fue retirada por personal policial y representantes de la municipalidad, restaurando así el control peruano sobre la zona.
¿Dónde y cuándo ocurrió el incidente?
El izamiento se produjo en Santa Rosa, distrito fronterizo del departamento de Loreto, en la triple frontera entre Perú, Colombia y Brasil. Este punto estratégico ha sido foco de disputas diplomáticas en las últimas semanas, coincidiendo con declaraciones polémicas del presidente colombiano Gustavo Petro sobre la soberanía peruana en la región.
La respuesta del Ejecutivo peruano
En conferencia de prensa, el premier Eduardo Arana expresó que el Gobierno peruano mantiene una posición clara: “Vamos a defender la soberanía. No existe ningún incidente que ponga en riesgo nuestro territorio”, declaró. Además, aclaró que las gestiones diplomáticas están siendo manejadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores para evitar la politización de la situación.
Arana destacó que las autoridades deben actuar respetando los procesos legales y la fiscalización correspondiente para proteger la integridad territorial y la convivencia pacífica. “No podemos permitir que actos aislados generen caos o desinformación que afecten las relaciones bilaterales”, subrayó.
La posición de la Cancillería y de Colombia
La Cancillería peruana emitió un comunicado oficial condenando el izamiento y enfatizando que este tipo de actos “no contribuyen a la histórica convivencia armónica y pacífica” entre las comunidades de Perú y Colombia.
Por su parte, el alcalde de Leticia, ciudad colombiana cercana a la frontera, negó que la colocación de la bandera haya sido autorizada por su gobierno, calificándola como un acto no oficial. Esta aclaración busca desactivar las tensiones y reafirmar el compromiso de ambos países con el respeto mutuo y la cooperación fronteriza.
¿Cuál es el contexto diplomático actual?
La crisis en Santa Rosa se inscribe en un escenario más amplio de desacuerdos limítrofes. Recientemente, el presidente colombiano Gustavo Petro afirmó que el territorio peruano ha invadido parte de la zona fronteriza, generando un choque diplomático que preocupa a ambas naciones.
Este incidente con la bandera colombiana, aunque simbólico, ha sido interpretado por muchos peruanos como una provocación que pone a prueba la defensa del territorio y la soberanía nacional.
¿Qué acciones seguirán las autoridades peruanas?
El Gobierno peruano, a través del premier Arana y la Cancillería, ha llamado a la calma y al diálogo. Se espera que las autoridades continúen con una vigilancia estricta en la zona y mantengan canales diplomáticos abiertos para resolver las diferencias.
Además, la rápida respuesta policial y municipal en Santa Rosa ha sido valorada como un ejemplo de control territorial y compromiso ciudadano en defensa de Perú.
¿Qué implicaciones tiene este incidente para la relación bilateral?
El episodio recuerda la fragilidad de las zonas fronterizas y la necesidad de fortalecer la cooperación entre Perú y Colombia. Ambos países comparten una historia de convivencia pacífica, pero recientes disputas políticas y territoriales han tensado esta relación.
El desafío será evitar que actos aislados afecten la estabilidad y buscar soluciones conjuntas que respeten los tratados internacionales y las necesidades de las comunidades fronterizas.