El presidente de la República, José Jerí Oré, encabezó una requisa en el penal Sarita Colonia del Callao como parte de las acciones inmediatas del Gobierno frente a la ola de extorsiones y crímenes que golpea al primer puerto. El operativo se ejecutó con el apoyo de la Policía Nacional del Perú (PNP) y las Fuerzas Armadas, en un despliegue simultáneo que abarcó los pabellones de máxima seguridad del establecimiento penitenciario.
Según informó el Ejecutivo, el objetivo fue reducir los niveles de criminalidad que se coordinan desde los penales y bloquear las comunicaciones ilegales utilizadas para planificar extorsiones. La intervención se realizó pocos días después del asesinato del chofer José Jhonny Esqueche Ñingles, crimen atribuido a la banda criminal ‘Los Chukys’ del Callao.
“Sin pausa ni tregua”: mensaje presidencial
“Como una de las respuestas al asesinato de nuestro hermano transportista en el Callao, se intervino el penal Sarita Colonia con el soporte de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional”, declaró el mandatario durante la inspección nocturna.
El presidente José Jerí precisó que el operativo se desarrolló “sin pausa ni tregua”, y destacó la participación conjunta del ministro de Justicia y Derechos Humanos, Walter Martínez Laura, quien lo acompañó durante la supervisión de las labores junto al personal del Instituto Nacional Penitenciario (INPE).
¿Qué hallaron en la requisa?
El operativo tuvo como meta detectar y decomisar objetos prohibidos, como celulares, chips, cargadores y otros dispositivos electrónicos empleados para extorsionar desde prisión. Según fuentes del INPE, la acción formó parte del plan integral que incluye apagones eléctricos controlados para evitar la carga de teléfonos móviles y la comunicación con el exterior.
El pabellón intervenido alberga a más de 300 reclusos de alta peligrosidad, procesados y sentenciados por secuestro, robo agravado, extorsión y homicidio. Se constató además la presencia de un grupo especial de inteligencia policial encargado de rastrear los números telefónicos vinculados a denuncias de cobro de cupos en Lima y Callao.
Solidaridad con la familia del chofer asesinado
Durante la jornada, el presidente Jerí se comunicó por teléfono con los familiares de José Esqueche Ñingles para expresarles sus condolencias y ofrecer el traslado humanitario de los restos a Lambayeque, su tierra natal.
El caso del chofer —asesinado mientras conducía su combi por la avenida Néstor Gambetta— generó una ola de protestas y bloqueos viales en el Callao, donde cientos de transportistas exigieron acciones efectivas contra la delincuencia.
Refuerzo en seguridad ciudadana
Como parte de su agenda nocturna, el jefe de Estado también visitó la Central de Monitoreo del distrito de San Miguel, acompañado por el alcalde Eduardo Bless Cabrejas, para verificar el funcionamiento de más de 6,800 cámaras de videovigilancia. La medida busca reforzar la intervención urbana y policial en los principales accesos al Callao y a Lima Metropolitana.
El Ejecutivo evalúa ahora extender los operativos de requisa simultánea a otros penales del país, donde se presume que operan redes de extorsión conectadas con mafias locales e internacionales.
¿Logrará el Gobierno controlar la violencia desde los penales?
La intervención en Sarita Colonia se produce en un contexto de creciente presión social y críticas al estado de emergencia, cuestionado por no reducir los índices de homicidios y extorsiones. Expertos advierten que los penales se han convertido en centros de mando criminal, desde donde se ordenan secuestros, cobros de cupos y asesinatos.
El desafío del gobierno de José Jerí será sostener la ofensiva sin vulnerar los derechos penitenciarios, pero con la firmeza suficiente para romper la cadena de mando del crimen organizado que se articula tras las rejas.